12/11/07

La familia real al completo

El sábado volví a salir de pajareo con Lalo, un mes después de nuestra última salida juntos, y pude volver a disfrutar de las ventajas de moverse en coche con alguien que conoce la isla. Comenzamos la mañana en los viñedos de Mortitx, en el extremo oriental de la Tramuntana. Allí, entre bandos de centenares de granívoros de toda especie, que buscaban el desayuno entre las malas hierbas de los campos sin labrar, aparecieron mis primeros pinzones reales Fringilla montifringilla, que Lalo ha grabado de maravilla. Eran uno de los pájaros que esperaba ver en mayo en Noruega, pero no hubo suerte.

Había también decenas de lúganos Carduelis spinus, otras aves que nos visitan sobre todo en invierno. Cíclicamente, coincidiendo con inviernos fríos o con años de gran producción de semillas en los bosques del norte de Europa, se producen irrupciones de lúganos, en las que llegan muchas más aves que en los inviernos normales. Éste parece ser uno de esos años...


Visitamos luego Formentor, el extremo norte de la isla, de belleza incomparable. Lalo me dejó después en la Albufera, para que siguiese por mi cuenta. Y más pájaros, pájaros por todas partes. Ya a última hora, apareció saltando entre los carrizos mi primer carricerín real Acrocephalus melanopogon. Tras buscar infructuosamente este pájaro en la Albufera desde el primer día, supuestamente el lugar con mejor densidad de la especie de toda Europa, se había convertido para mí en una especie de ser mitológico, como un unicornio o el Ave Fénix. Pero allí estaba, moviéndose inquisitivamente de tallo a tallo mientras yo lo atraía imitando su reclamo al chasquear la lengua. ¡Qué día...!

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