26/12/07

A ella le gusta la papaína/dale más papaína...


Los romanos disponían en los laterales de sus salas de banquetes de los vomitoria, donde aliviar las estrecheces estomacales y poder continuar con la ingesta de alimentos. Pero en pleno S. XXI, los viajes de los exploradores y la Bioquímica nos han proporcionado un remedio mucho más agradable: La papaína. La papaína es una enzima maravillosa, análogo de la pepsina humana y, como ella, favorecedora de la digestión de los alimentos. Fue el profesor de Bioquímica de 1º Veterinaria el que nos descubrió las virtudes digestivas de este fruto tropical; y las redondeces de su anatomía apoyaban su argumentación con razones de peso, literalmente. Total, no tenía nada que perder, y unas Navidades descubrí que en verdad el remedio funcionaba, y que tras la sucesión ininterrumpida de comidas la papaya tenía el don de evitar la sensación de batalla campal en mis tripas de fiestas anteriores. Así pues, dado queda el consejo. Y otro todavía mejor: Es mejor prevenir que curar; comer menos y no tener que recurrir a estos trucos para salvar los muebles.

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