29/4/08

Deseando moverme

Diez horas de reloj en el laboratorio y un café sobre mis pantalones blancos (a la par que nuevos); he tenido días mejores.
Sentado en la comodísima banqueta giratoria la cabeza se me iba a cualquier parte al otro lado de la ventana, y acabé deseando correr una maratón como la del domingo: Yendo a comprar los croissants del desayuno antes de Misa me topé con ellos bajando por Guzmán el Bueno. Les animaban varios jubilados y amas de casa de paseo matinal; una familia jaleaba desde un balcón con pancartas y Carros de Fuego a todo volumen a los corredores, seguramente buscando con la mirada calle arriba al pariente deportista...
Y yo, a por los croissants. No sé por qué; me acordé de cuando mi hermano fue a desapuntarse del gimnasio con la caja del Dunkin Donuts bajo el brazo, o de cuando después de hincharse a postres “la gente” (así, en genérico, ¿para qué vamos a concretar?) pide sacarina para el café... Y ya vale de atropellar ideas; mejor me voy a la cama.

5 comentarios:

CRIS dijo...

Hola Anton!!Me acabo de dar cuenta que me diste la bienvenida en su dia y yo maleducada de mi ni me habia pasado por tu blog! bueno, pa que engañarte..pasarme si, pero no te habia saludado!

Antón Pérez dijo...

Por saludado me doy, guapa :-)
¡Y actualízate más; si será por cosas que contar...!

Vero dijo...

Qué manía con la sacarina.... :(

Javi Pato dijo...

Je, pues según un estudio de unos americanos al sacarina parece ser que tiene el efecto contrario. En experimentos con animales se ha demostrado que el organismo no la detecta como azúcar y por tanto la demanda de los mismos sigue siendo la misma... (Ahí atrás tb se ha insinuado que puede ser cancerígena).Lo de los bollos y la sacarina me recuerda a gente q no come o lo hace a base de ensaladas y después se hincha a chocolate. Je.

Antón Pérez dijo...

¿Manía con la sacarina yo? Manía tú...
Y además, si no te hace falta... :-P