15/5/09

Haiku desde el tren

Una hoja seca
sobre las mieses verdes:
Vuela el milano.

Flotan perezosamente en el aire los milanos sobre los campos castellanos, mientras algunos metros bajo ellos mis codornices se escabullen entre los tallos del cereal que, lozano aún, ya empieza a espigar... Últimamente parece que los viajes en Talgo despiertan mi torpe vena poética; y hoy que por vez primera me he traído el portátil para hacer algo y dar los últimos retoques al DEA parece que el campo al otro lado de la ventana me tira más que otras veces. Y me distraigo cada vez que brilla el agua de una de tantas lagunillas entre el sembrado, y diviso fugazmente las fochas y las cigüeñuelas que en ellas se afanan por sacar adelante su prole. Y me distraigo cada vez que la vía atraviesa el cauce excavado en la arcilla de un arroyo medio seco, y de la cicatriz rojiza en el suelo se levantan asustados al paso del tren los abejarucos multicolores y los elegantes aviones zapadores. Y me distraen las amapolas, las borrajas y las achicorias que crecen en los taludes; rojo y morado sobre la hierba amarillenta...
... Y mi compañero de asiento, que mirando al infinito con desesperación no para de comentar para sí entre dientes lo lento que va el tren y lo mucho que se aburre... ¡Que se aburre! Pues será porque quiere...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

viva el poeta de la naturaleza. Me identifico bastante con tu sentir. Aupa campeón.izko

Antón Pérez dijo...

Gracias :-)