11/7/09

Mallorca: cinco días para ir abriendo boca

60 currucas "baleares", ni más ni menos...

El viernes de madrugada, una interminable espera hasta que salieron las maletas y un viaje en metro de cerca de una hora pusieron un digno colofón a un viaje extenuante anillando por Mallorca, preludio de lo que se nos viene encima a partir, si Dios quiere, del miércoles. Extenuante como solo una campaña de anillamiento puede ser, aguantando el campo de sol a sol, malcomiendo y (sobre todo) maldurmiendo; pero todo lo que tuvo de cansada lo tuvo también (como siempre) de divertida.
Fuimos nada menos que seis los forasters (JPT, Iván, Miche, Sofía, Roberto Carbonell -un antiguo doctorando de los tiempos de JPT- y yo) a la búsqueda de la curruca capirotada, acompañados además por dos “sherpas” locales. Cuando uno pasa el día en el monte realmente no hace mucho a cuenta el estar en un lado u otro, y solo una visita fugaz a la playa de Muro (de la que prescindí en favor de una buena siesta) y un paseo el jueves por la tarde por Palma me convencieron de que estaba de vuelta en Mallorca. Pasamos la primera noche en una casa dentro del propio Parque Natural de S’Albufera, donde se nos comieron los mosquitos y las hormigas argentinas que andaban por todas partes; y las otras tres en Binifaldò, una antigua possessió reconvertida en centro de alojamiento para investigadores en medio de la Tramuntana, al pie del Puig Tomir.
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Currucas salieron las suficientes, más de las que en un principio esperábamos; y además cayeron en las redes otros bichos chulos, como este herrerillo común Parus caeruleus de la controvertida subespecie balearica, en principio de un azul más grisáceo y con más blanco en la cabeza que los continentales.
La subespecie balearica del papamoscas gris Muscicapa striata no ofrece en cambio tantas dudas. Pequeñajos y blanquitos, estos pájaros adorables inundaban la Tramuntana.
Y aunque no hubo novedades ornitológicas, sí pude tacharme preciosidades como esta tortuga mediterránea Testudo hermanni o la marta Martes martes.

Un pollo de piquituerto Loxia curvirostra muy majete. Estando en la sierra divisamos además a otros forasters notables: parte del bando de unos sesenta buitres leonados que llegaron este invierno desde la Península a Baleares y que seguramente acaben instalándose en Mallorca, pues cortados y comida no les faltan. Biogeografía insular en directo...
Un ca de rater, raza de perro balear desarrollada para luchar contra las ratas. Me quedé con ganas además de saludar a los conocidos que dejé allí durante los cuatro meses del IMEDEA, pero no pudo ser... En fin, habrá que volver.

5 comentarios:

Vero dijo...

Muy buena crónica! Y el perrillo ese se usaba para cazar ratas? Pero si parece un cachorro de los de los cromos de colección, animalico!!
Besos!

Antón Pérez dijo...

Jeje, ¿lo de los cromos lo dices porque parece muy cabezón? la verdad es que éste era un cachorro, aunque de adultos no levantan mucho más...

Fabián dijo...

Antón:

Me he tomado la libertad de recoger dos fotografías de ete artículo y publicarlas, indicando al autor, en Alta mar

No sé qué decirte: estoy jubilado y me entretengo escribiendo en esa bitácora. Necesitaba alguna fotografía de un Piquituerto, mejor de la subespecie balearica y, buscando, he encontrado este artículo. Si te molesta - supongo que nunca es agradable -, las elimino.

Gracias

Fabián

Antón Pérez dijo...

¿Cómo me va a molestar? Yo encantado de que le des difusión a este blog; y si te han gustado las fotos pues tanto mejor :-) Sólo siento que la del piquituerto no fuese de un macho adulto, con lo bonitos que son...

Fabián dijo...

Gracias, Antón.