28/9/09

A clase por tierra, mar y aire

Efectivamente, llegar a Fraueninsel fue una pequeña odisea. De buena mañana embarcamos Kristin, Martin (dos compañeros de Lund que también iban a la Summer School) y yo en el avión que nos iba a llevar de Copenhague a Munich, junto con buena cantidad de daneses dispuestos a darlo todo en la Oktoberfest. Como quiera que debían de haber estado desayunando ya a golpe de cerveza, el avión apestaba todo él a sudor y a aliento de borracho; un olor denso y mareante que casi se podía ver...
Una vez en el aeropuerto de Munich comenzamos a cruzarnos con más asistentes. El grupo, como una bola de nieve, iría creciendo poco a poco en el trayecto en metro a la estación de tren, en el tren de Munich a Prien, en el trencito turístico que va de la estación de Prien al puerto y finalmente en el barco de Prien a Fraueninsel.
a
Vistazos en pleno viaje: Un mayo; uno de tantos que adornan muchas plazas de los pueblos bávaros. Las pequeñas figuritas de éste representaban oficios tradicionales.

Vistazos en pleno viaje: Un pueblecito con su iglesia. Abundaban por la zona los campanarios con tejados bulbiformes, y el de nuestro monasterio no era una excepción.

Berta, el barco en que fuimos a Fraueninsel. Aunque el Chiemsee no sea de los lagos más grandes de Europa es bastante decente; desde luego la impresión que le da a uno es de ir navegando por el mar. Y por eso resulta tan chocante ver en las orillas alisos y robles, patos y somormujos; en vez de costas rocosas, playas y gaviotas...

La isla en sí era un pequeño y pacífico paraíso. El monasterio tenía unas instalaciones muy adecuadas tanto para alojarnos como para el buen desarrollo de conferencias y demás; y a la Ciencia nos dedicamos apasionadamente durante una semana... La mayoría de los temas tratados se alejaba un poco de lo que estoy acostumbrado a ver, pero casi mejor: siempre ayuda ver qué están haciendo los demás, por si se les puede robar alguna buena idea...
La gente sólo tuvo ciertos problemas con las ligeras y sanas comidas, de menús orquestados conforme a estas tres reglas básicas:

- Si no tiene patatas machacadas no es comida
- Un menú vegetariano es el que tiene
menos carne que el normal
- ¿Tarta? Cuantos más pisos, mejor

Por lo demás el tiempo realmente acompañó (hasta el punto de permitirnos nadar en el lago); y el ambiente ha sido muy agradable. Es lo que tenemos los doctorandos, que somos todos encantadores...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sospecho que las llamadas de un +46 son tuyas. jeje, no conozco a nadie más en Suecia. O eso creo... ;D Una vez no me has pillado con el móvil encima y la otra iba conduciendo. por felicitado me doy, no te preocupes. muchas gracias por acordarte. A ver si hablamos pronto. 1 abrazo
Javi Pato

Antón Pérez dijo...

Pues nada, más fácil y barato que me lo pones... Nos vemos :-)

Vero dijo...

¿Sabes qué echo de menos en tus entradas fotográficas? ¡A TI! Ponte en alguna foto, hijo, por favor, que bien podrías estar escribiendo el blog desde Blasco de Garay, danos pruebas de que no es así. ;)
Besos

Antón Pérez dijo...

Con el coñazo que es subir fotos a Blogger y que queden bien cuadradas con el texto, ¿todavía quieres que pierda más tiempo poniendo una foto mía? ¡Si ya me tienes más que visto! :-p