3/10/10

Por los lagos de Escania

El primer fin de semana de octubre se celebra el “Día Mundial de las Aves”, y como coincide que es mi último fin de semana en Suecia, convencí (tampoco hubo que esforzarse mucho, la verdad) a mis compañeros de piso de que había que salir a celebrarlo de pajareo por Escania adelante. Así que ayer visitamos unos cuantos lagos del centro de esta región. No vi nada nuevo para mí, pero sí cosas bastante raras por España, así que como tampoco hizo demasiado viento y frío fue un día de lo más agradecido.
Comenzamos la visita en Krankesjön, donde vine por vez primera hace casi un año. Casualidades de la vida, y aunque no había mucho movimiento de pájaros, vi por primera vez este año en Suecia dos bichos que taché el año pasado: el ánsar careto Anser albifrons y la gaviota enana Larus minutus; aunque la de esta vez no era un adulto, sino un primer invierno, con esa "M" tan característica a lo largo de las alas.
a
De allí, calcando la ruta del primer día que echamos pajareando aquí Javi y yo, nos fuimos a los prados del Vombsjön. Aunque era día de caza y vimos muchos escopeteros a lo largo de la jornada, este año sí había gansos aquí; y además bastantes pajareros viéndolos también. Sin necesidad de buscar mucho, entre los miles de ánsares vulgares y barcaclas cariblancas aparecieron...

... ¡un par de preciosos ánsares campestres! Y además de la subespecie de tundra, Anser fabalis rossicus; que es la que me faltaba por ver (la de taiga, la nominal, de mayor tamaño y con más naranja en el pico, la vi también con Javi el año pasado). La foto es mala, pero mi alegría compensa el defecto; y os enlazo una mejor para que podáis ver lo bonito que es el bicho.

También había bastante ánsar careto, que me parecen la mar de atractivos, con esos “brochazos” negros en el vientre.

De allí, y tras hacer un alto para comer, nos fuimos al pequeño lago de Häckeberga, algo más al sur. En una isla del mismo hay un palacete que ahora funciona como hotel; y todos los alrededores están cubiertos por un bosque de hayas. El ambiente era más de parque, más señorial que salvaje, pero igualmente nos dimos un paseo bien majo.
Ya volviendo a casa, al noreste del Vombsjön sorprendimos un rebaño de ciervos en su mayoría blancos, que suelen merodear por esa zona. Resultaron ser mucho más desconfiados que los ciervos españoles, y a la que nos acercamos un nada con el coche pusieron pies en Polvorosa y adiós muy buenas...

Así que os contentáis con este machito de corzo, que también había bastantes y eran menos mirados, que no observados por nosotros. La foto, para variar, malurria; pero tengo la disculpa de que ya la luz escaseaba bastante.

No hay comentarios: