11/3/11

Ley de Ciencia: ¿lloverá a gusto de alguien?

Andan algunos con la mosca detrás de la oreja respecto al contenido final de la futura Ley de Ciencia, que se aprobará, o no, o parece que sí, ya veremos; antes de las elecciones de 2012. Entre otros muchos asuntos, dicha ley facultaría al mayor centro de investigación de este país, que es la Universidad, a mantener y contratar personal con fines exclusivamente investigadores, en aras de la sobeteada excelencia (la palabra de moda últimamente). Por aquí vienen muchos de los anhelos y los miedos: anhelos de la legión de investigadores vocacionales que deberían estar en el CSIC pero que tienen que “conformarse” con el Alma mater, y soportar así su carga anual de docencia; y miedos de los mismos agentes, recelosos del futuro sistema de contratación y del modo en que se determine en los departamentos quiénes disfrutan de libertad para investigar y quiénes se comen el marrón de las clases... Pero para los que disfrutamos investigando, pero lo que de verdad nos apasiona es la docencia (hablo en plural, porque digo yo que alguno más habrá en este país) y estaríamos encantados de aceptar esa carga, puede que sea el comienzo de algo grande... o puede que no, habrá que verlo.
De momento yo voy jugando los naipes que ocultaba en la manga: como quien no quiere la cosa, y aunque en teoría ya había cubierto el cupo anual de docencia, fui metiendo el hocico y me apunté este año para dar de nuevo el seminario sobre condición física de Zoología Aplicada de Vertebrados Terrestres. Tuvimos hoy la primera sesión, y repetiremos a finales de mes. Mucho no es, pero lo suficiente para ir entreteniendo el mono...

1 comentario:

Javi Pato dijo...

jeje. Promete la cosa. Ojalá. Muy bonito lo que dices. A mi no me importaría comapginar ambas cosas (me encantaría; aunque lo veo difícil).
Mira como se pone el percal por aquí: