25/4/11

Al dictado de la niña

¿Y a qué me he dedicado estos días en casa? Básicamente a mirar para mi sobrina, que ha estado estos días aquí y en torno a la que ha orbitado buena parte de la actividad doméstica: dependiendo de sus comidas, siestas, lloros y necesidades de paseos o cucamonas hemos ido en tropel de un lado a otro. Le hemos enseñado los vencejos y las tórtolas europeas, para que vaya cogiéndole el gusto a los pajarillos. La hemos llevado a la aldea, a que la vayan sobando un poco vecinos y parientes y a que se empiece a fijar en los marcos de las que con el tiempo serán sus propiedades. Gracias a una tormenta que nos pilló mientras la estábamos paseando, hemos visitado la muestra de fondos de la colección Zanchi expuestos en la sala de Novacaixagalicia, incluyendo una magistral La incredulidad de Santo Tomás (que aún no tengo claro si era la obra original de Caravaggio o una copia bambochante)...
Me acusan de querer poco a Alicita. No es cierto, pero supongo que sí que estoy algo celoso... cuando crezca un poco estoy seguro de que será bastante más entretenida, y entonces sí que nos llevaremos de maravilla. Estos días también he intentado rezar bastante, a ver si me vuelvo algo, no diré más bueno, si no menos malo. Con mi sobrina también. Esta tarde vuelvo a Madrid; ya me iréis diciendo si lo consigo o no.

1 comentario:

Anónimo dijo...

es Aliciña la que esta celosa de ti!!!!!!!!!!!! piojo
Un beso y unas babas de su parte