7/5/11

Con las aves complutenses

La tercera jornada PASER del Botánico, que realizamos este jueves, estuvo incluso más parada que la anterior, de la que ya por eso no os reseñé nada aquí. Sin embargo, no por ello nos aburrimos: levantarse para abrir las redes a las 6:30 cobra más encanto cuando uno escucha cantar en Ciudad Universitaria un inesperado chotacabras cuellirrojo Caprimulgus ruficollis. Y aunque solo cogimos ocho bichos hubo variedad (siete especies), y animalejos tan bonitos como el herrerillo capuchino Lophophanes cristatus de arriba, que veía en mano por primera vez.
Si están estos días los pájaros tan desaparecidos, es porque la mitad de la población está “desaparecida” en sus nidos; esto es, incubando, de forma que no se mueven tanto y no caen en las redes. Y con la época de cría en plena ebullición, nos toca en las revisiones de las cajas nido empezar a anillar los primeros pollos.

Como las parejas no empiezan a criar sincrónicamente, esta semana había ejemplares con cero (jeje), uno, cinco y ocho días de edad. En apenas dos semanas, los jovenzuelos de gorrión molinero están listos para salir de la caja y dejar tiempo a sus padres para empezar otra puesta.

En este pollo se aprecia bastante bien que en las aves no salen todas las plumas a la vez, sino a partir de líneas perfectamente definidas llamadas pterilia.

No hay comentarios: