12/8/11

Cinofobia

Buena parte de mi aburrimiento vital cuando estoy en la aldea se debe al hecho de que, con el tiempo, he ido dejando de salir al campo motu propio; y me voy olvidando de los caminos y pistas que fueron para mí una buena escuela naturalista no hace tanto tiempo. Y gran culpa de ello la tienen, no los perros, sino el miedo irracional que les estoy cogiendo... Me explico: soy el mejor amigo de los perros amistosos. Por muy grande que sea el bicho, si se me acerca con la lengua fuera y moviendo el rabo no tardo ni dos segundos en ponerme a jugar con él. Pero al primer ladrido, se acabó el buen rollo... Y es un poco absurdo, en la medida en que nunca he tenido encuentros objetivamente malos con los perros; pero supongo que absurdas son buena parte de las fobias. Realmente resulta un cepo sicológico el tener que caminar siempre alerta, con los nervios en tensión al ver de lejos rebaños, granjas o naves industriales, esperando la escandalosa bienvenida de los guardianes de las mismas; o dando rodeos para evitar pasar junto a los chalets que ya sé que vigila un perro malencarado por si, por un casual, hoy se han dejado la cancilla abierta...
En fin, supongo que me quedaré “pa’ vestir santos”; haciendo el trabajo de museo y de laboratorio que me traigan los auténticos hombres de campo de pelo en pecho. De todo tiene que haber, en la Viña del Señor...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

xa te sacaremos as dúas a pastar un pouco!, a rapaza non aguanta na casa é está un pouco asilvestrada. Desenvolveu tecnicas de ataque mais precisas e efectivas, pasou de gorrión a buitre leonado. Eu de ti non estaria moi tranquilo......

Javi Pato dijo...

Me avergüenza decirlo, pero desconocía q se denominaba así. :(. Está bien saberlo, tb desconocia q t afectaba a ti. Yo la verdad, no soy muy confiado pero me amparo en que como huelen el miedo peor lo hacemos de ser el caso. pero más vale ser precavido sí, señor.