13/10/11

Berzotas

De pequeño en la aldea me fascinaba ver las gotas de agua sobre las berzas... ver cómo resbalaban por la glauca superficie encerada de la hoja, sin dejar ni traza detrás, como si fuesen de azogue...


Al igual que en Suecia, en esta Facultad si uno se empeña puede pasar la semana entera saltando, cual ardilla de biblioteca, de charla en charla, de seminario en seminario y de journal club en journal club; y llegar al viernes por la tarde pareciendo un científico bien informado sin haber dado un palo al agua. A Sofía y a mí nos apuntaron nada más llegar en nosecuántos grupos de discusión de estos; pero realmente solo nos dejamos ver en el journal club de los miércoles por la mañana, que es así como el más inexcusable. La verdad es que no me gusta demasiado el enfoque que se le suele dar a estos lances: el encargado de turno saca a la palestra un artículo reciente y rompedor, cuanto más lleno de modelos y ecuaciones y menos bichos reales mejor; y los cuatro enterados de la sala se dedican a despellejarlo mientras de estudiantes de doctorado se miran entre sí intentando que no se les note que a) no lo han leído (muchos de los enterados tampoco) b) lo han leído siete veces y siguen sin entender ni papa. Y yo el primero. En estas reuniones siento fluir la Ciencia a mi alrededor, pero las aprovecho tanto como la berza el agua que escurre por sus hojas. En fin; al menos durante la de ayer parí el esquema de esta entrada...

3 comentarios:

Javi Pato dijo...

Jojojo. Me ha gustado, sí. El juego con lo de la berza y esas charlas (que tienen una pinta de infumables...). Jejeje. Pues a mi me gusta mucho ver correr a las gotas por el cristal del coche autobus o lo q sea. Y por lo q veo, como a ti, nos viene de perlas para abstraernos de algo q nos resulta aburridillo (yo hablo de mis viajes en bus.. jeje).

Antón Pérez dijo...

Durrell suele referirse a ellas, cuando escribe sobre días lluviosos, como "renacuajos gordos que se van persiguiendo unos a otros"...

JuanMa dijo...

Buena descripción esa de "...cuanto más lleno de modelos y ecuaciones y menos bichos reales mejor". Siempre he creído que los sabios tienen que ser humildes por definición, ya que deben conocer sus limitaciones y las limitaciones de su método. Es decir, no confundir la retícula conceptual, el instrumento para entender el mundo, con la propia realidad.
No soy yo el que quiera ponerle fronteras a la ciencia, pero es bueno saber cuando se desbarra. El ansia analítica hasta el último electrón o neutrino para explicar algunas cosas, creo que a veces nos hacen levitar por encima de lo real.