Hoopoe, Huppe, Poupa, Bubela, Puput... hasta el latino (e italiano) de Upupa hace referencia al particular canto de la abubilla, la onomatopeya con alas. La vuelta a la Facultad tras las vacaciones de Semana Santa me ha deparado la agradable novedad de contar con mi propia Hiawatha (que es el nombre que le dio Durrell a la suya, rescatada todavía con vida del morral de un cazador), que canta oculta cada mañana desde alguno de los árboles del pinar de Medicina. La abubilla no es un ave demasiado rara en los parques más tranquilos de Madrid, incluso en invierno; pero esta es especial, claro: esta me está cantando a mí :-)
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