31/8/12

Por Bades a Vélez

 Valle de Bades, en la costa rifeña marroquí. Cuando en el Sáhara todavía pastaban las vacas, estos montes estaban cubiertos de selvas de quejigos y alcornoques como las de los montes donde anillamos en Tarifa. Se secó el desierto, y los montes que resistían hasta entonces el diente de la cabra y el fuego Neolítico se abrasaron también; y así están ahora, completamente pelados.
 El el fondo del valle no hay árboles pequeños; solo grandes algarrobos que arraigaron allí y hundieron sus raíces en las entrañas de la tierra cuando el uadi junto al que medran todavía debía de llevar agua la mayor parte del año.
 Esas cuevas de la imagen fueron en su día cubiles de osos del Atlas y lobos africanos, extintos unos y recién redescubiertos otros. Después albergaron piratas berberiscos; y ahora no son más que apriscos para guardar los burros y cabras que siguen secando el poco verde que queda en el valle.
¿Y para qué os cuento todo esto? Bueno, porque hace casi justo seis años circulaba yo por esa pista de tierra que se ve en la foto; y una noticia un tanto absurda de la prensa de estos días me lo ha recordado. Por esa "carretera" llegan los pocos bañistas lo suficientemente pacientes hasta la playa de Bades: bonita, tranquila y relativamente libre de basura para lo que suele ser habitual en esta parte del mundo.
 Y frente a esa playa, un peñón. Y sobre ese peñón, un fortín. Y dentro de ese fortín, militares españoles. Vélez de la Gomera: militares del S. XXI entre unos muros más del estilo del fuerte de San Telmo; defendiendo la soberanía española sobre una roca pelada de los ataques de... cuatro hombrecillos.
Ajenos al terrible conflicto diplomático que tendría lugar a la vuelta de los años sobre esas mismas arenas, nos tomábamos un té, ultimando los detalles de la grabación del vídeo cuya copia debo de tener en casa en alguna parte... madre mía ¿dónde debe de habérseme perdido todo el francés que sabía yo antes?

No hay comentarios: