9/5/13

Tarifa Shore (III): cortados y playas

En uno de sus tramos gaditanos, la N-340 discurre encajonada junto al río Barbate. A una cierta altura, el vuelo de las grajillas que anidan en los cantiles anuncia la proximidad de La Barca de Vejer, la barriada que a pie de carretera marca el inicio del camino que sube hasta Vejer de la Frontera. En la base de los cantiles, a una distancia realmente ridícula de los coches y la gente que pasa por debajo...
 ... nueve nidos de palitroques se entremezclan con los de los pequeños córvidos. Pero sus ocupantes, de un negro irisado, no son grajillas, sino...
 ... ibis eremita Geronticus eremita :-) Unos bichos, os lo puedo asegurar, realmente encantadores y divertidos. Esta especie, que antaño ocupaba acantilados de buena parte de la cuenca mediterránea, está actualmente en peligro crítico de extinción, con una única colonia viable en el sur de Marruecos. Sin embargo, la especie cría muy bien en cautividad, y el grupo internacional de recuperación de la especie decidió en 2003 iniciar, con ejemplares del Zoobotánico de Jerez, un ensayo de técnicas de reintroducción; y fruto de las mismas es esta pequeña colonia de aves que crían en completa libertad. Aunque la idea es que se las pueda capturar en cualquier momento, la verdad es que por ahora no parece que a nadie le importe que campen a sus anchas por los alrededores de la zona; y a mí menos que a nadie.
 Tras disfrutar un buen rato con las monerías de los ibis, seguimos rumbo hasta Barbate. Echamos primero un rato en la desembocadura del río esperando ver limicoleo, pero salvo unas cuantas agujas colipintas Limosa lapponica no había mucho que rascar, de modo que enseguida iniciamos ruta por la senda de los acantilados de La Breña, que une la playa de Barbate con la de Caños de Meca.
 La senda atraviesa uno de los fragmentos de matorral costero mejor conservados de la Península, donde medran profusión de endemismos botánicos.
 El suelo arenoso estaba inundado de flores, destacando entre todas los tapices de un añil intenso de los murajes Anagallis monelli.
 No faltaron las especies animales típicas de estos ambientes, como las veloces lagartijas colirrojas Acanthodactylus erythrurus. Si queréis saber el porqué del nombre, echadle un ojo al juvenil de esta especie...
 ¡Por fin un día de sol intenso! Los días anteriores no había hecho frío, ni mucho menos; pero el trasiego de nubes era constante. Pero este día, acalorados además por la senda, el primer bañito del año entró la mar de bien...

Por lo demás, y aunque los ibis fueron con diferencia el bicho favorito de muchos de los integrantes de la expedición, nos quedamos con las ganas de ver camaleones, que era uno de los principales objetivos del viaje. Los buscamos con ahínco (con demasiado ahínco tal vez, hasta aquedar hartos) a lo largo de toda la senda y después en una visita no prevista de vuelta en la playa de Bolonia; pero todos nuestros esfuerzos fueron en vano.
 Al menos sí encontramos otras cosas chulas, como esta enorme oruga de esfinge de la lechetrezna Hyles euphorbiae.
Y otra foto de grupo para cerrar, por si no nos habíais visto bien las caras en la foto de ayer :-p

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