¡Gran alegría! Estuve el jueves y ayer un buen rato con Tania, que vino a hacer un examen para unas plazas de personal de la UE y se quedó a dormir en casa antes de continuar viaje hacia Gran Canaria, a pasar unos días en el hogar familiar. Alegría porque, aunque hablemos mucho por Internet, siempre gusta más ver cara a cara a la gente; y con los que viven lejos no suele ser fácil... A ver si suena pronto la flauta laboral también, de ésta o de otra oportunidad, que se(nos) lo merece(mos).
Se fue Tania, pero me quedé yo pensando en Canarias... Y es que hace unas semanas Javi se dedicó a calentarme la cabeza... y como yo no suelo ofrecer lo que se dice mucha resistencia (aunque le costó un poco convencerme, jeje), el caso es que a mediados de agosto, no bien vuelva yo del congreso de Lituania, ¡nos vamos una semana de bicherío a Tenerife! Incluyendo si Dios quiere una escapadilla de un día a La Gomera, que ya que queda ahí a mano... Por fin voy a conocer de primera mano el ambiente donde vivían (¿o "viven"? ¿Quedará alguna viva; las de 2007, tal vez?) las currucas del cuarto capítulo de mi tesis. Y no veáis la de pajaretes y lagartos endémicos que me esperan (digo "me" porque Javi ya ha estado; y además tiene ya todo la mar de planificado, así da gusto); espero que dé tiempo a todo, ¡qué estrés! Ya os iré contando...
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