30/1/14

Búhos blancos

Ayer en la tele del metro salía la típica escena que, como serpiente de invierno, se repite cada año en torno a estas fechas a nada que baja un poco el mercurio: la de viejos donostiarras de carnes pálidas resoplando entre las olas de la playa de La Concha... Pero otros "rostros pálidos" son los que me interesan a mí: los búhos nivales Bubo scandiacus, una especie casi mágica para muchos pajareros. Este año gélido en América se están poniendo las botas: se cuentan por cientos los ejemplares de búho nival que aparecen más al sur de lo que suelen en invierno, llegando incluso hasta Florida; y dejan por todo el continente escenas golosonas de búhos posados en postes, tocones y balas de paja, cual ratoneros en Tierra de Campos; escenas como las de este corto:


En Europa no tenemos la misma suerte con estas cosas, pero alguna que otra de estas bellezas árticas se deja caer por el sur todos los inviernos. Y este año uno ha batido récords, llegando hasta Île de Ré; casi casi a las puertas de España. Y muchos son los que se han acercado a verlo; ved si no la segunda foto de este enlace... Pero a los que no nos vamos a hacer casi 1000 Km de ida y otros tantos de vuelta; o algunos más en avión para verlos "donde toca", nos sigue quedando YouTube. Este documental por ejemplo merece mucho la pena; apuntáoslo para el fin de semana, que parece que hará frío y como que pega mejor ;-)

28/1/14

Más charla que pájaros

Desde primera hora de la mañana en los aledaños de Mota del Cuervo, las grullas se hacen notar por sus voces mucho antes de que sus ordenadas formaciones en "V" se recorten contra el cielo pintado de nubes...

 Van trasegando de aquí para allá, alternando entre los rastrojos donde comen y la laguna de Manjavacas, donde pasan las horas muertas; y donde Vero y yo, que también nos pasamos el sábado de charla y yendo de acá para allá de laguna en laguna, les hicimos algunas fotos.

 Este invierno en la nieve, al contrario que en América, está respetando mucho Centroeuropa; y eso se nota en el contingente de aves migradoras que nos visitan, bastante reducido tanto en cantidad como en variedad con respecto a otros años. Manjavacas estaba sosilla y las lagunas de Pedro Muñoz mucho más, pero terminamos levantando el día en Alcázar de San Juan, donde siempre hay algo que echarse al ojo. Allí además hay donde escoger, de modo que los que prefieren aguas salobres, como los tarros blancos Tadorna tadorna y los ánades frisos Anas strepera, se quedan en la laguna del Camino de Villafranca...

 ... y los que prefieren aguas dulces, como estos porrones europeos Aythya ferina, sestean y comen en cambio en La Veguilla.

 Un calamón común Porphyrio porphyrio. Se les oye con frecuencia en La Veguilla, pero pocas veces se les ve al descubierto... El sábado apenas nos cruzamos con más pajareros, pero al menos sí pudimos irnos de Alcázar con el gusto de haber podido enseñarles estos calamones a un padre y un hijo también venidos desde Madrid, y que les tenían muchas ganas a estos bichos (más el padre que el hijo, todo hay que decirlo).

Y junto al padre, al hijo, a los dos calamones y a un montón de bichos más, despedimos al sol desde la orilla. Esta foto es de Vero, claro; se nota la calidad superior, jeje.


Y aquí estamos los dos, junto al observatorio de Manjavacas, que no pudimos usar por estar cerrado (pese a que un cartel junto a su puerta decía paradójicamente algo tipo "apelamos a tu civismo para dejar este observatorio con la puerta permanentemente abierta"...).

27/1/14

Geominero

 Arriba, arriba por la gran escalera y... ¡zasca! ¡Ciencia! De forma totalmente improvisada, acabé visitando ayer por la mañana junto con Álex y dos compañeros suyos del máster el Museo Geominero (visitas gratuitas, L-D, 9:00 - 14:00), a un pequeño paseo de casa. Y bien que lo agradecí, que ya hace mucho que no me culturizo los fines de semana...

El Museo estaba lleno de padres y abuelos pastoreando niños; cosa que me sorprendió, pues la exposición en sí creo que es bastante poco pedagógica: vitrinas y más vitrinas de pequeños fósiles (los más) y minerales, con su etiqueta y a correr; una especie de espíritu reinante de "mejor que sobre que que falte" del que adolecen tantos museos arqueológicos llenos de monedas y piezas de alfarería, de forma que a la quinta almeja, hoja de helecho o diente de mastodonte fosilizados hay que ser ya muy apasionado para seguir mirando las quinientas restantes...

 En todo caso, disfruté mucho de la visita, más por la compañía y por el ambiente generalizado de patio de colegio que por la exposición en sí, cierto es; pero ni que esto fuera malo... Además, la sala de exposiciones es muy bonita de por sí y digna de visitarse (aquí una foto mucho mejor).

No es que estuviese aquello lleno de dinosaurios y demás, precisamente; pero uno siempre acaba encontrando algo que le llama la atención: ya sea este crinoideo que tanto recuerda a una de aquellas "manos locas"...

... o este delicadisima raya fósil, que conserva hasta el más mínimo detalle de su estructura otrora cartilaginosa. Pasaos vosotros un día que os pille aburridos y a ver qué pequeña joya encontráis, oculta en un mar de braquiópodos y antozoos..

26/1/14

La curruca victoriosa

Lleva desde primeros de año metiéndose conmigo: es un machito de curruca capirotada que se ha adueñado del jardincillo de la iglesia del Cristo de la Victoria, un par de manzanas más abajo de mi portal. Posada en lo alto de los cuatro árboles mal puestos que allí crecen, canta incansable todo el día desde primera hora, proclamando a los cuatro vientos que, aunque ya estén casi desprovistos de bayas, el par de aligustres raquíticos del jardín son sus aligustres, su despensa para capear lo que quede del invierno; y ¡ay de la curruca que se atreva a querer reclamar su parte! 
¿Cuál es mi problema con este pajarito? Que su canto suena exactamente igual que la melodía de mi móvil (sí, sí; síndrome de Estocolmo, me parece que se llama...), por lo que indefectiblemente cuando paso por delante, aunque sé que es ella la que canta, no me puedo resistir a echar la mano al bolsillo para comprobarlo... incluso cuando no llevo el móvil encima. "El becario de Pavlov", hubiese podido titular esta entrada también...

25/1/14

La temporada eteria

Para los frugívoros que cargamos cada día con nuestra dosis de vitaminas al trabajo, del subtipo de los que no conciben nada más aburrido que comer una manzana; el año tiene básicamente dos estaciones: la de las mandarinas y la de la fruta de verano. La transición entre ésta y aquella se produce de manera suave, pero en cambio en primavera solemos vivir tiempos inciertos, en los que muchos días uno no sabe qué echar a la mochila... De puertas para dentro al menos el inicio de esta temporada (y cada vez durante más tiempo) lo salva la llegada de las fresas; fresas que por mucho que "antes sabían mejor..." y tal y cual a mí me siguen alegrando la vida... el olor a fresas...  Algún día haré una entrada con mi lista de olores favoritos.

La fresa es una de esas infrutescencias que, de tan particulares que son, tienen nombres propios que de puro sonoros resultan apetitosos. El higo es un sicono, la naranja (y demás cítricos) un hesperidio... y la fresa un eterio. Ayer inauguramos en casa la temporada eteria, ¡que nos dure mucho!

23/1/14

El cebo adecuado

Al desenvolver estas Navidades el regalo, me quedé un poco, como dice C, con el culo torcido: era un librito fino, con el grabado de un puercoespín en la portada, y el poco sugerente título de Curious Beast. Animal Prints from the British Museum. Tardé en hacerle caso, la verdad; pero luego resulta que no está ni tan mal: es el catálogo de una exposición del British, que incluye una selección de los grabados con motivos animales del museo, con comentarios y demás historias. Me gustó uno bastante, un aguafuerte anónimo titulado "The world turned upside-down or the folly of man": 16 cuadritos, cada uno con una escena en la que suceden cosas del mundo al revés; muchas con motivos animales (un conejo y un pollo asando un cocinero, un buey guiando un arado tirado por dos campesinos...). Y mi escena favorita es la de abajo a la izquierda; mil perdones por la baja calidad del recorte, pero no encontré nada mejor:

De aquí
A primera vista, si esto fuese un hematocuadro, podríamos titularlo "pájaro tensando la red de una portería mientras un señor llega volando"; pero el texto ilegible al pie de la imagen nos explica su contenido (traduzco): "un pájaro captura una mujer y su amante en una red, y a su marido también". Nada, que me hizo mucha gracia que para coger al marido pusiese de cimbel a los otros dos... qué imaginación tienen algunos anónimos.

22/1/14

La barba de Tiresias

Ahora que uno puede encontrar de todo en Internet supongo que ya no es necesario, pero creo que a los que soplamos ya unas cuantas velas no nos hubieran sobrado en su momento unas cuantas lecciones sobre aspectos prácticos de la vida que no aparecen en ningún temario; sobre esas cosas que uno aprende por imitación, por lo que oye por ahí o directamente a base de prueba y error. Sobre cómo afeitarse bien, por ejemplo. Siempre me ha preocupado (poquito, jaja, tampoco hay que exagerar) notar cómo, al terminar de afeitarme, siempre "sigo rascando"; salvo los días en que por haber dejado alguno entremedias sin pasar la cuchilla ésta engancha mejor el vello algo más crecido. Supuse primero que era por eso: porque no me crecía tanto la barba de un día para otro como al varón dandy medio; pero a base de fijarme en caras ajenas vi que no, que lo mío era perfectamente normal... Hoy por fin me decidí a probar a afeitarme después de ducharme, en vez de antes: sé que por ahí se considera "lo normal", pero yo sinceramente nunca había pensado que hubiese mucha diferencia: al fin y al cabo, en la barbería a uno no lo duchan antes; y ducharse después me parecía la forma más lógica de librarse de restos de espuma y sangre. Fue pues más el interés científico por saber qué se siente desde el otro lado lo que me llevó a hacer la prueba... y el resultado ha sido bastante satisfactorio: efectivamente, queda mucho más apurado. Tiene sus inconvenientes, claro: el que ya suponía de lidiar luego con los restos de espuma y su afición a colarse hasta el oído medio; y uno que al principio no preví, que era lidiar con la tendencia del espejo a empañarse tras la ducha en mi baño sin ventanas. Y lo que más pesa a la hora de hacer que el fiel se incline hacia el lado del "después": la pereza de cambiar un hábito arraigado durante años... En fin, al menos ya he salido de dudas.

21/1/14

"Aguilita, aguilita, ¡qué patas más grandes tienes...!

Cuatro especies, cada una en su continente, pero con rasgos sorprendentemente similares. Masivas, compactas, de pico grande, con cresta, con las alas cortas, redondeadas y anchas y la cola larga de las aves acostumbradas a moverse con agilidad en la espesura. Y, lo más notorio, unas patazas enormes; masivas incluso para aves de su tamaño. Así es por ejemplo la arpía mayor Harpia harpyja de Iberoamérica, o el águila marcial Polemaetus bellicosus africana. Y ¿por qué son así? ¿Con qué mantienen ese par de piernas? Bueno, tal vez el nombre del águila monera Pithecophaga jefferyi filipina os dé alguna idea... Monos, ok, entendido, pero ¿y la arpía papúa Harpyopsis novaeguineae, que en Nueva Guinea no los hay? Pues su equivalente marsupial, falangeros, que para el caso lo mismo da... Por las zonas tropicales de todo el mundo hay pues bestias aladas que infunden pavor entre los primates (no sólo; pero hay que vestir la historia, jeje)... y de hecho ya desde hace bastante tiempo... y de hecho a monos bastante grandecitos: uno de los fósiles del árbol de la evolución humana más conocidos, el "niño de Taung" (el primer Australophitecus africanus descubierto), apareció entre una amalgama de otros extraños restos: gran diversidad de otros mamíferos de tamaño mediano, lagartos... y cáscaras de huevo. Y recientemente se ha descrito cómo el interior de sus órbitas presenta las señales inequívocas de las garras de una de nuestras amigas aladas... 

El pensamiento de que un animal se me quiera comer, de ser considerado como presa, siempre me ha desasosegado particularmente. Uno de los muchos motivos por los que me gustan las aves probablemente sea el de que no representen (salvo algún avestruz o casuario con los cables cruzados) una amenaza para mi vida. Suerte que no nací en en Pleistoceno.

19/1/14

Olor a manos frías

Dejándonos influir inconscientemente por los atavismos de aldea, el sábado hacemos en casa, en vez de la del caldo, la gran olla de puré de verduras de la que ir cenando a lo largo de la semana. La calabaza suele ser un ingrediente constante y significativo de estos purés, y al picarla siempre me huele igual: a manos frías. No porque las manos frías huelan de manera distinta de las calientes, sino por la circunstancia... Sale de vez en cuando por estas fechas en las conversaciones el tema de las matanzas, que sabéis que me gusta especialmente. Me exaspera también, pues en el contexto de gente con el pueblo en la Mancha o Extremadura en que me muevo aquí, te cuentan cómo hacen ellos las matanzas y ves que hacen las cosas de forma bastante distinta a como las hacemos en Galicia... es decir, mal, jajaja. Uno de los productos que hacíamos en casa y que no se conoce por estos lares son los chorizos "gordos": embutido hecho con víscera en vez de con magro, y así llamado por prepararse dentro del intestino grueso del cerdo, en vez del delgado. A los chorizos gordos en algunas partes les echan cebolla, pero nosotros en casa los hacíamos con calabaza; y la tarde/noche anterior al día de preparar la zorza nos la pasábamos rascando los cabazos: atacando con conchas de vieira y tesón el interior de las enormes calabazas guardadas desde el verano, rascando dentro de la cuadra helada la pulpa naranja hasta que del fruto sólo quedaba la cáscara leñosa; entre quejas constantes por el dolor causado en las manos infantiles por el frío y los bordes de las conchas combinados. A todo eso huelen las calabazas.

16/1/14

El Buffon

Cuando empecé a echar postdocs, no contaba con acabar pidiendo tantas cosas en el Hexágono. La última es de hecho la más curiosa, y una de los frentes que tengo abiertos ahora mismo. Curioseando en EvolDir (directorio centrado en ecología evolutiva donde encuentro casi todas las ofertas) me encontré con una convocatoria de contratos postdoctorales en el Instituto de Estudios Avanzados de Toulouse. La sorpresa vino cuando comprobé en la web que dicho instituto está centrado en estudios antropológicos "de letras" (humanidades, económicas, filosofía...), y que no había apenas rastro de cosas verdes en todo su organigrama. Pregunté, por ver dónde estaba el error, y me dijeron que no, que estaba todo bien y que echase mi solicitud; querían hacer "el experimento" (sic) de meter algunos biólogos en el Instituto y a ver qué pasaba... supongo yo que los querrán para enseñarlos a las visitas, en plan "mira, y aquí están nuestros biólogos. Toma, tírales este artículo, ya verás cómo se pelean por leérselo" "Oh, hum, hum, qué divertido, ciertamente...". Bueno, mientras me paguen y sean majos, no amarga ser un buffon en la corte... yo iré metiendo como ayer fracesadas en el blog, para ir creando ambiente :-)

14/1/14

Bicherío cacereño

 Pues esta es, la chulísima furgoneta cuyo estreno campestre bien merecía que fuésemos hasta Monfragüe :-) Estrenarla y pasar un fin de semana en buena compañía y alejados de las preocupaciones laborales, claro. Como ya estáis hartos de ver en este blog fotos de Monfragüe (y el que llegue de nuevas, tiene un buscador en el borde superior de esta página), os voy a cascar directamente unas cuantas fotos de bichos...

 Empezando con una de las dos águilas imperiales ibéricas Aquila adalberti de la pareja que cría en La Portilla, contemplando indolentemente un tránsito constante de turistas de todas las nacionalidades. Incluso para los que nos conocemos ya al dedillo el Parque, poder casi tocar bichos como éste, verlos recoger ramas para reparar su nido, interaccionar entre ellos, amagar ataques a los buitres que pasan demasiado cerca... resulta una experiencia casi increíble cada vez que vamos.

 Monfragüe en invierno se vacía de bichos, claro, pues muchas de las especies más jugosas están o bien más al sur o bien aletargadas por estas fechas. Sólo unas pocas, como los cormoranes grandes Phalacrocorax carbo, aumentan de número al bajar desde más al norte.

 El zorrete Vulpes vulpes de La Tajadilla, acostumbrado a mendigar comida a los visitantes, lucía un espeso abrigo invernal. De nuestra mesa se fue de vacío: a todos nos gusta la sensación de dar de comer a los animales, pero bichos como éste se exponen constantemente a meterse en problemas; a ser atropellados, a que les peguen un tiro después de morder a algún visitante que se toma demasiadas confianzas creyendo que son mansos...

 Y lo que el zorro no se acaba, se lo terminan los rabilargos ibéricos Cyanopica cooki; aquí nada se pierde...

 Lagartos, culebras y demás bichos con escamas se encuentran entre los que, como yo, sueñan estos días con el sol y el calor primaverales. Pero sus colegas de piel desnuda, como esta ranita meridional Hyla meridionalis estaban mucho más a sus anchas, y fuimos sumando anfibios a la lista acá y acullá.

Un sapo corredor Bufo calamita, bastante asustadete el pobre de los tres micos gigantes que lo rodeaban y fotografiaban sin piedad. 

 Y un macho de tritón pigmeo Triturus pygmaeus en pleno celo que sorprendimos durante nuestra salida nocturna, con su cresta dorsal desarrollada y la cloaca enormemente abultada.

 El domingo amaneció cargado de niebla y pesado, y a los buitres de Peña Falcón les costó mucho desperezarse y echarse a volar. Entre los muchos que, con cara de aburridos, esperaban a que el día calentase un poco, había varios con marcas alares, como los dos de la imagen.

No nos engañemos: al que ha visto Monfragüe en su esplendor primaveral, venir en enero le sabe a poco. Así que no empezaremos a venir cada año por estas fechas; pero oye, esa curiosidad que hemos satisfecho. Y lo mucho que se disfruta también del monte en un ambiente general de silencio; cosa que dentro de tres-cuatro meses, entre pájaros y personas, resulta difícil de conseguir... si queréis venir a comprobarlo, invitados quedáis.

11/1/14

El ExoTour

En plan festivo a más no poder, por reírnos un poco de todos los talibanismos naturales en los que nosotros mismos caemos, Raquel y yo decidimos hacer un día una vuelta a España saltando de especie exótica en especie exótica: el que tenéis en el mapa. No están todas las que son, claro; sólo las que se nos ocurrieron en un momento de inspiración...
El recorrido propuesto comenzaría en la zona del Guadalquivir conocida como Brazo del Este, aguas abajo de Sevilla y a las puertas de Doñana, disfrutando de los bellos plumajes de dos especies de tejedores: el de cabeza negra Ploceus melanocephalus y el obispo amarillo Euplectes afer. Seguiríamos viendo pajaritos en tierras pacenses, deleitándonos con el bengalí rojo Amandava amandava y el pico de coral Estrilda astrild, para después poner rumbo al norte, a la montaña palentina. Allí visitaríamos la reserva de fauna paleolítica de San Cebrián de Mudá, con sus bisontes europeos Bison bonasus y sus caballos de Przewalski Equus przewalskii, en proceso de aclimatación y que espero campen pronto a sus anchas por toda la cordillera Cantábrica. Después visitaríamos sendos enclaves costeros, cada uno con su lagartija exótica: la lagartija italiana Podarcis sicula en Noja y la de las Pitiusas P. pityusensis en San Juan de Gaztelugatxe. Un bañito rápido y del mar a la montaña, al valle de Arán, a localizar al único grévol Tetrastes bonasia que han soltado para hacer experimentos de reintroducción, cosa que no debería costarnos mucho si vamos con un receptor que localice las señales del emisor de radio que lleva el bicho. Rumbo al sur después, con parada en una panadería para tirarle miguitas a los siluros Silurus glanis del pantano de Mequinenza, y seguir luego viaje hasta Sierra Espuña, para ver los arruís Ammotragus lervia, muflón africano al que le va de maravilla en las sierras del SE ibérico. Posible degustación de un arruitillo al horno y vuelta a casa (todas las fotos, Wikipedia)...
Irresistiblemente atractivo, ¿a que sí? ¿Os apuntáis? :-p Sería además una ocasión inmejorable de estrenar en el campo la nueva y flamante Kangoo de Raquel, a la que todos le tenemos unas ganas locas...

... la cosa es que dudo mucho de que alguna vez hagamos semejante tour :-) Lo que sí sé es que hoy estrenamos la furgonetilla en el campo, en un destino mucho más natural y, no por conocido, menos deseado: Monfragüe. Tras encadenar numerosas visitas primaverales, teníamos ganas de conocer un Parque distinto, en medio del invierno; con menos bichos, pero con menos gente también. Mi única visita invernal anterior fue una gozada; pero aunque terminásemos ésta con una lista de bichos modestita, uno nunca va demasiadas veces al año a Extremadura... el lunes os cuento.

10/1/14

La deuda climática y los cucos

¡Qué gozada, cuando uno se pone en modo "cesta de cerezas" y, saltando de artículo en artículo, termina por atar cabos y dar forma a una historia fascinante en la cabeza...! La "deuda climática" es un concepto científico reciente tan fascinante como preocupante: cada año, de forma muy acusada desde inicios de los 90, la temperatura media de primavera ha ido aumentando; en Europa las isotermas se han desplazado en concreto 250 Km hacia el norte. Una temperatura mayor abre las puertas a que especies del sur colonicen localidades más norteñas, pero a las especies les lleva su tiempo adaptarse, de modo que los estudios muestran que en su conjunto las aves y las mariposas europeas (dos grupos muy visibles y fáciles de estudiar) han ampliado su distribución hacia el norte sólo 37 y 114 Km respectivamente. Esto quiere decir, en resumen, que si bien la temperatura media de primavera de Madrid hace 20 años hoy es la que tiene Burgos, una mariposa para la que Madrid supusiese su límite norte de distribución llega ahora sólo hasta Aranda del Duero. Y lo malo no es lo que pasa por el norte, claro, sino por el sur, que las zonas demasiado cálidas avanzan a la misma velocidad...
El caso es que la deuda climática puede ser no sólo espacial, sino temporal: la "primavera climática" se adelanta, y siguiendo al rebufo se adelanta la aparición de diversas clases de insectos, la época de reproducción de las aves... acumulándose cada vez un pequeño error, por así decir; de modo que para cuando las aves migradoras llegan de África y se ponen a criar, las orondas y fácilmente digeribles orugas con que solían alimentar a sus pollos son ya velludas y secas polillas.
Y ya vamos llegando al tema... pero antes, un apunte transversal: las razas de cucos. El cuco Cuculus canorus es capaz de parasitar, a lo largo de su extensa área de distribución, más de cien especies de aves distintas. Pero las aves no gustan de que su pollada se eche a perder por culpa del intruso, por lo que hay una carrera armamentística continua entre las hembras de cuco, que ponen huevos cada vez más similares a los de sus hospedadores, y éstos, que refinan su capacidad de detectar el engaño. Para ir siempre un paso por delante, las hembras de cuco se especializan: cada linaje pone sus huevos en los nidos de una única especie o especies emparentadas, para que le sea más sencillo imitar la forma, el tamaño y el color de sus huevos. Esto ha creado verdaderos linajes matrilineales de "cucas" especializadas en distintos hospedadores, que si no han derivado en especies distintas es porque los machos de cuco se reproducen indistintamente con hembras de las distintas estirpes.
Y aquí viene la epifanía: entre los distintos hospedadores, los hay sedentarios o migradores a corta distancia, y los hay migradores de larga distancia, como el propio cuco, que pasan junto con él el invierno en África o La India, y que como él deben llegar primero antes de poder ponerse a criar. Y aquí es cuando a un danés afrancesado, una de las mejores cabezas del mundo, se le ocurre que probablemente los cucos estén acusando también, a su manera, la deuda climática. Pone a la gente en marcha y, efectivamente, comprueban que en aquellas zonas de Europa donde más ha aumentado la temperatura media de primavera, las especies de ave residentes empiezan a criar antes, mientras que las migradoras no han adelantado su fecha de llegada en la misma medida. Sucede así que, para cuando las razas de cucos especializadas en hospedadores sedentarios llegan de África, los nidos donde deberán poner sus huevos contienen ya pollos, y así no hay nada que hacer. ¿El resultado? Que en las zonas donde más aumenta la temperatura, debido a una serie encadenada de pequeños desajustes, los cucos van desapareciendo, al no poder seguir criando las estirpes especializadas en hospedadores residentes en los nidos donde solían hacerlo... estremecedoramente brillante.

9/1/14

KissTV

Estoy algo flojo con la escritura, ya... con la del blog, me refiero, pues los trabajos derivados de la tesis siguen su curso; esperemos que hacia buen puerto. La historia es que están siendo éstos días de reencuentros; días vividos de plaza en plaza y de vaso en vaso. De confidencia en confidencia. Son días que dan para mucho, pero más para callar que para contar, y desde luego no aquí. Días de música de KissTV, una de las grandes favoritas de los bares del contorno...

6/1/14

Megafauna

Buscando paliar mi sequía creativa, salí esta mañana a ver si paseando me encontraba con la inspiración. Sorteando niños con patinetes regios, iba pisando grandes vainas marrones, mientras pensaba en que la variedad de árboles de los alcorques de Madrid se las apaña para tener el suelo siempre sucio a lo largo de los doce meses: ya sea de hojas, flores o frutos. Recordé entonces una curiosidad referente a la acacia de tres espinas Gleditsia triacanthos, especie productora de las referidas vainas, y una lucecita se encendió en mi cerebro: ya teníamos entrada.

Detalle del tronco. Tener, tiene más de tres; y uno se pregunta a qué funcionario de Parques y Jardines iluminado se le ocurre plantar esto en las zonas de juego infantiles...
De pequeño vi en un documental que algunas acacias africanas producían legumbres de cáscara dulce. Los elefantes y otras bestias se las comían, y dispersaban así al defecar las pequeñas semillas duras, que en su mayoría habrían sobrevivido a molares y jugos gástricos paquidérmicos. Sin pensármelo mucho, la primera vez que vi una vaina de acacia de tres espinas, decidí llevármela a la boca: y, efectivamente, sabía notablemente dulce. El "problema", la parte interesante más bien, viene cuando uno considera que esta especie, aunque presente como invasora en entornos urbanos de nuestro país, proviene en realidad de Norteamérica. Y la pregunta es: ¿qué pinta una especie tan "elefantina" (grandes espinas protegiendo los tallos jóvenes, grandes vainas de pulpa dulce...) en un sitio donde no hay elefantes? La respuesta es tan sencilla como reveladora: no hay elefantes ahora, pero los hubo hasta hace nada. Aunque sólo quede megafauna propiamente dicha (animales que, simplificando, son "grandes" por comparación con todos los demás) en África y el SE asiático, hasta que la acción combinada de ciclos glaciales y hachas de sílex acabaron con ella (y eso tuvo lugar prácticamente "ayer"), había megafauna en los cinco continentes, y muchas especies desarrollaron adaptaciones evolutivas para convivir con ella que a día de hoy, fuera del contexto en que surgieron, se nos pueden antojar innecesarias. El papel de los grandes animales como modeladores del paisaje y agentes evolutivos resulta difícil de ver hasta que uno se pone a pisar vainas secas en el Parque del Oeste...

3/1/14

Cambia el año, no la lucha

Con el curioso sentido de la oportunidad que caracteriza a nuestra Administración, el día de Nochevieja apareció publicada en el BOE la convocatoria de las ayudas para formalizar contratos postdoctorales de dos años de duración. Tras la malograda oportunidad doñanera, ésta es la primera oportunidad real de conseguir algo "de lo mío" en España; y la tentación de emocionarse, de dar rienda suelta a los deseos de uno, a la remotísima posibilidad de no tener que emigrar y poder quedarme en Madrid, es demasiado grande... por eso me viene bien templar los ánimos, poner (por escrito) los pies en la tierra: es cierto que, dentro de mi área de trabajo y para haber leído la tesis hace tres meses y medio, no tengo mal currículum. Pero se convocan doscientas y pico ayudas, y en mi promoción de FPU's éramos ochocientos y algo... ¿Está mi currículum entre los 25% mejores? Bueno, puede ser... No hay que olvidar, sin embargo, que junto con mi FPU había otras tantas FPI's (Sofía, por ejemplo); y becas del CSIC (je, ¡ya ha llovido...!), de fundaciones... Así que, ¿está mi currículum entre los 5-10% mejores? Ya lo dudo más. De todas maneras, la tasa de abandono es grande: de la gente de mi entorno que ha ido defendiendo este último par de años, menos de la mitad se plantea (no digo "ha conseguido"; ¡ojalá!) seguir en esto... así que vuelven a subir mis oportunidades. No obstante, sigo engañándome: mis adversarios reales no son mis coetáneos. Esta convocatoria, que no fue convocada el año pasado, admite solicitudes de gente que ha defendido desde 2009, y ese es el problema, el problema de todas las convocatorias: puedo "luchar" contra mis iguales, pero no contra gente con dos, tres, cuatro años de experiencia postdoctoral; así que mejor limito mis sueños al mínimo imprescindible. Aunque echarla la echaré, claro, que si uno no juega al Gordo no le toca... y quién sabe, igual a la vuelta de los meses me sonríe Raphael.

2/1/14

Daffodils

 Unas flores tan bonitas como los narcisos es justo que tengan un nombre inglés tan bonito (nombre que a veces se da también a los nenúfares); tan poético también, con tantas reminiscencias literarias (de esa literatura que me gusta, jeje). Tras escribir la entrada de ayer me quedé con mono de hacer más listas, y no se me ocurrió otra mejor que la de los narcisos vistos y fotografiados durante el año pasado. "Heraldos de la primavera", se llama muchas veces a estas flores, con una pomposidad que no me acaba de convencer... pero al fin y al cabo, anhelante estoy de que llegue pronto; así que vamos a darle un empujoncillo pues, y a ver cómo, a través de los narcisos, va llegando de sur a norte.

 Y es que la primavera empieza a manifestarse en Andalucía ya a finales del año anterior, cuando los prados verdes del Estrecho se tachonan de "meaos de burra". Sin embargo, este año tuvieron que esperar mis primeros narcisos hasta que bajamos a ver linces a Andújar, donde estos Narcissus jonquilla fernandesii estaban ya incluso algo pasados.

Celebramos el cumpleaños de Vero en Aldea del Fresno, donde, mal que me pese, no saqué ninguna fotografía de los narcisos que más suelo ver a lo largo del año, los N. triandrus, que allí abundaban también. Pero sí fotografié este "bimbo narcisil", el N. cantabricus, muy similar al de la foto siguiente, pero en blanco en vez de en amarillo...

 Al N. bulbocodium me refiero, otra de las especies frecuentes, que sí fotografié en una escapadita bien prestosa al puerto de Canencia con Raquel.

 Y donde además me taché otra especie, jeje, el N. rupicola. Abril era ya, y la primavera estaba plenamente instalada en la Sierra. De modo que, para seguir su huella narcisista, hubo que seguir subiendo; no ya en altura, sino en latitud.

 Y en Ancares cerramos pues la temporada narcisera del año, con otro bimbo (N. asturianus) y un viejo conocido...

... N. pseudonarcissus. Nada pues, contador a cero. A ver cuándo cae el primero de este año...

(Esta entrada va dedicada a Tania, otra gran buscadora de narcisos)

1/1/14

Balance listero de 2013

Estrenamos año, y con el año las ganas de seguir sumando especies :-) (el primer pájaro de otro año en el que no haré lista anual: una paloma...). Vamos pues a ver qué rendimiento le sacamos a 2013, que gracias mayormente a la escapada canaria (toooda la larga serie de entradas de la Expedición Autodate; enlazo la primera y no más) os adelanto que hace palidecer al balance de 2012...
El año empezó fuerte y cargado de ilusión cerca de la laguna de El Oso, en Ávila, cuando mi perra favorita levantó varias lechuzas campestres Asio flammeus de unos rastrojos. La lechuza campestre... ha pasado un año ya, pero creo que sí, que lo sigo recordando como el mejor bimbo de todo el año; por todo el tiempo que llevaba esperándolas, por no ser una rareza, por la calidad de la observación... por todo, vaya. Apenas un mes más tarde llegaban durante una escapada a Cantabria otros dos bimbos de categoría, una rareza de las menos raras (un ánsar piquicorto Anser brachyrhynchus en Escalante) y una de las más: nada menos que ¡seis! ampelis Bombycilla garrulus en Ramales de la Victoria. Hubo después ya que esperar hasta el puente de mayo para, embarcados en Tarifa, transformar una fallida salida destinada a ver cetáceos en una muy productiva experiencia ornitológica que incluyó mi primer charrán bengalí Thalasseus bengalensis.
A Javi no puedo negarle nada, y aunque al principio como siempre me resistí, sucumbí pronto al encanto de acercarme con él a conocer por fin la Macaronesia; Tenerife y La Gomera al menos. Y allí la lista pegó un subidón subidón de ocho especies: vencejo unicolor Apus unicolor, serín canario Serinus canaria, mosquitero canario Phylloscopus canariensis, paloma rabiche Columba junionae, paloma turqué C. bollii, halcón tagarote Falco pelegrinoides, bisbita caminero Anthus berthelotii y pinzón azul Fringilla teydea.
Tras cerrar el verano de una forma tan magistral, hubo que esperar hasta ayer mismo, como quien dice, para que la lista de bimbos del año se cerrase con la collalba desértica Oenanthe deserti de Muskiz con un total de doce nuevas especies... de momento. "De momento" digo porque, como ya comenté en su día, varias de las subespecies endémicas de las islas canarias que vimos podrían ser consideradas especies distintas en futuras revisiones taxonómicas. Más allá de la lista general, mi lista de aves vistas en España aumentó en Canarias gracias al alcaudón norteño, herrerillo africano y perdiz moruna; y hace nada con el pico mediano en La Liébana.
Esto en cuanto a aves. Pero el año todavía dio mucho más de sí, sobre todo en cuanto a herpetos. Gracias a que son más fácilmente fotografiables (aunque, ya sabéis, la calidad del fotógrafo es la que es), he hecho una composición con fotos propias de diez de las doce especies nuevas vistas este año, que por orden cronológico son:
De izquierda a derecha y vuelta; cada uno con su enlace: Blanus cinereus, Discoglossus jeanneae, Pelodytes ibericus, Iberolacerta monticola cantabrica, Chioglossa lusitanica, Chalcides bedriagai; y Gallotia galloti, Tarentola delalandii, Gallotia caesaris y Tarentola gomerensis en Canarias.
A éstas habría que sumarle la tortuga verde Chelonia mydas que me dio una colleja en Canarias, y la lagartija de Las Batuecas Iberolacerta martinezricai, sin duda la especie más rara en términos absolutos que he visto este año.
En cuanto a mamíferos, los dos días en que nos hemos embarcado (Javi y yo, jaja, qué raro...) este año han hecho que sean dos cetáceos las dos especies que se suben: calderón tropical Globicephala macrorhynchus en el ferry entre Tenerife y La Gomera y marsopa común Phocoena phocoena en la salida en barco a ver aves pelágicas de Galicia; y además metí el erizo en la lista española... Y poco más, ¿no? Ya bastante es, y no llevo lista de más cosas. A ver este año si me da por ampliar objetivos...