28/4/14

Vencejos de botellón

Aunque los vencejos llevan ya cerca de un mes por Madrid, sólo ahora empiezan a hacerse notar: embarcados en carruseles gritones que giran vertiginosamente una y otra y otra vez, rodeando los edificios altos o amoldándose a las angosturas de los patios de luces. Esto es así porque los vencejos van llegando de manera escalonada: los primeros que se ven son los ejemplares adultos, que si todo ha ido bien criarán en el hueco del año anterior con la pareja del año anterior, de forma que no tienen que matarse demasiado. Y algo más tarde llegan los jóvenes, todavía sin pareja y sin casa, y para los que las interminables persecuciones aéreas representan el equivalente del botellón: un lugar del salir con churri a visitar la oferta de huecos disponibles; y si hay suerte, hay tiempo y son lo suficientemente maduros, intentar criar ya. Y si no, quedar apalabrados para el año que viene, cuando, otra vez, estaremos esperándolos...

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