31/7/14

Mi tesis...

... yo la recuerdo más o menos así, ¿no?

Pero no me despertéis de mis ensoñaciones si me equivoco; ¡piedad, con un pobre viejo...!

29/7/14

Cine de verano

Llevaba sin ir al cine ya cerca de dos años (El Hobbit I), y la verdad no lo echaba nada de menos: ni por el precio ni por la necesidad de ver alguna película determinada antes de que fuese accesible por otras vías, pues últimamente la verdad es que apenas sí veo alguna. Pero el domingo por la tarde sí que fui, y realmente lo disfruté bastante: no porque fuese invitado (que también) o porque la película fuese excepcional (se me ocurren varios momentos memorables, ocho tal vez, pero pocos más...), sino principalmente porque fue mi primera experiencia en un cine de verano, y la verdad es que estar e unas sillas con la pantalla al aire libre le da un encanto especial al asunto. También porque no era un cine de verano cualquiera, sino el macrocine montado por Callao City Lights en el Cuartel del Conde Duque: pantalla enorme y sonido atronador, en un entorno la mar de atractivo. Y todos los viernes, películas musicales con los fragmentos de las canciones para interpretar en karaoke... Me lo pasé bastante bien, por cierto, así que os dejo con esta sugerencia para acabar con una sonrisa cualquiera de los laaargos días de verano en Madrid. Con la sugerencia y con el vídeo promocional, para que veáis cómo es (je, ¡ni que cobrara por hacerles publicidad...!):

27/7/14

¿Observar sin modificar?

Una discusión clásica en Filosofía de la Ciencia (una disciplina que, por otra parte, me da un puntito de pereza) es hasta qué punto el investigador interfiere inevitablemente con el sujeto investigado, modificándolo y, por ende, extrayendo conclusiones distintas de las que obtendría de un hipotético sujeto investigado no modificado... Estos días, de una discusión un tanto etérea sobre ciencia y conservación de un foro que leo, pude extraer sin embargo una noticia curiosa sobre un artículo publicado hace poco en Behavioral Ecology que os comento ahora: en Sudáfrica, un grupo de investigación lleva años trabajando con una población de monos de cuello blanco Cercopithecus albogularis, que al estar ya habituados a la presencia humana se comportan delante de ellos de forma "natural". La vida de estos monos trascurre entre dos aguas: entre el estrés de tener que buscar comida y el de no acabar ellos en la boca de alguien, ya sean sus depredadores felinos cuando bajan a comer al suelo, o águilas cuando se exponen demasiado en las ramas. Estudios anteriores de este grupo apuntaban a que estos monos realmente sólo se preocupaban por los ataques aéreos y evitaban así las zonas altas de los árboles, pero que sin embargo pasaban el tiempo por igual en las ramas medias y en el suelo. Sin embargo, había algo que se les escapó entonces a los investigadores, y fue que ellos estaban allí investigando. El estudio que os comento ahora hizo una cosa bien sencilla: colocar cubos con cacahuetes a distintas alturas (entre el suelo y las puntas de los árboles) a disposición de dos grupos de monos: uno el de siempre, el habituado, y otro de monos sin contacto frecuente con el hombre. Y después, simplemente, contaron cuántos cacahuetes quedaban, para saber dónde pasaban los monos más tiempo. Los cubos a mediana altura representaban una especie de nivel "control" de alimentación. Los cubos situados en lo más alto de los árboles estaban prácticamente intactos en ambas poblaciones, reflejo del miedo de los monos a que un águila se los lleve de paseo. Pero los cubos situados a ras de suelo... en la población habituada estaban vacíos (como era de esperar, según lo que se sabía), y en la no habituada llenos. Vaya, algo pasa aquí pues. ¿El qué? Una cosa tan sencilla como que los monos habituados, que tontos no son, se daban cuenta de que cuando los humanos andaban por allí los leopardos y demás felinos con aviesas intenciones salían por patas, cosa de la que no estaban al tanto sus colegas sin "servicio de guardaespaldas"... Como os contaba arriba, las discusiones filosóficas en torno a estos temas me hacen bostezar bastante, pero eso no es óbice para que no disfrute como un enano con historias como ésta.

26/7/14

Cultura dominical entre semana

 Entre los candidatos convocados a entrevistarse para las becas del MAGRAMA estaba mi amiga Tania, que tuvo su entrevista el jueves; cosa que me vino muy bien para poder verla y echar un rato juntos, que Oviedo pilla algo a desmano. Finalizada la misma, y como todavía quedaba tiempo antes de su tren de regreso, echamos un rato visitando la muestra de fotografías de Cartier-Bresson expuesta este verano en la Fundación Mapfre; una de las salas de exposiciones donde mi hermano y yo solemos echar las mañanas de domingo haciendo cola...
La exposición... bueno, un poco de todo. Las obras de este hombre, activo como fotógrafo a lo largo de prácticamente todo el S. XX, beben de y reflejan diversas corrientes artísticas y políticas de izquierdas. Algunas cosas me gustaron mucho, y muchas me parecieron pequeños mocos; o tal vez fuera sólo por culpa de los enrevesados y muy sesudos y profundos textos que las acompañaban.

De aquí...
Me gustaron por ejemplo mucho las composiciones geométricas de masas de gente; ésta de arriba la que más.

... y de aquí
Pero mis fotos favoritas fueron sin duda las de la serie de la coronación de Jorge VI, publicadas en un periódico comunista francés. Como documento de un hecho histórico eran fotografías ciertamente curiosas, pues de la coronación en sí no se veía ni una imagen, sino que todo el reportaje se centraba en el púbico asistente, agolpado en las calles de Londres. Os preguntaréis igual que yo qué demonios hacen todos los de la foto de arriba: pues están vendo el cortejo real que pasa por detrás de ellos... valiéndose de espejos para ver por encima de la gente. El texto de la exposición incidía aquí en la ironía que buscaba el reportaje, con todos los súbditos dando la espalda a su señor... yo me quedé pasmado sin más ante el ingenio de la gente, pues semejante solución no creo que se me hubiese ocurrido nunca. Con lo fácil que es ver estas cosas por la tele...

25/7/14

Las siete y veintisiete...

Así. Así le puse fin a la tesis, hace justo hoy un año, nada más llegar con mi familia al Algarve, con el horrible tren del día anterior todavía en la cabeza. Desde entonces hasta ahora ya sabéis, y os estoy contando estos días, a qué me dedico: a echar solicitudes a diversas ofertas postdoctorales, y entremedias (como con las lagartijas de Álex o los flecos de las tesis de Joaquín y Sofía) a meterle mano a todos los proyectos necesitados de ello que hay por la planta nueve, a cambio de coautorías de artículos que meter en el CV. Esta semana, a mayores de la entrevista, me he dedicado en cuerpo y alma a sexar molecularmente 199 petirrojos. En condiciones bastante precarias: con calor y con averías de agua que nos han dejado mucho tiempo sin suministro. Con los vencejos gritones en el cielo, pues parece que no se habían marchado del todo. Entrando a las ocho y saliendo a horas cercanas a la que dice la canción...

¡Por suerte las penas, con Spotify y la radio, son menos!

24/7/14

Entrevistas (y II)

Bien podíais suponer ayer que, si le había puesto un uno al nombre de la entrada, es que hoy podría tener algo más que contar... Efectivamente la siguiente entrevista estaba a la vuelta de la esquina: ayer mismo fue. La pena es que no era nada postdoctoral, sino algo que, ¡ay!, se aleja ya bastante de la investigación y el mundillo universitario; pero es bueno saber de todo, y además de algo hay que comer. El Ministerio de Agricultura convoca de vez en cuando becas de seis meses de formación práctica (vamos, para ser becarios-becarios, de los de "haz esto, haz lo otro") dentro de diversos departamentos, y en la última que se convocó dentro de la Dirección General de Sanidad de la Producción Agraria pasé el corte de CV para hacer la entrevista... al igual que ciento y pico personas más, para tres plazas. Y eso, que ayer fue. La pareja que me entrevistó eran muy majos, pero la verdad es que no entendí muy bien el objeto de la entrevista: básicamente me recordaron para qué era la beca y repasamos un poco juntos los puntos de mi CV. Imagino que darán a todo el mundo la máxima puntuación en la entrevista (que sólo cuenta 1/5 de la valoración global, el resto es el CV), y que servirá más bien para sacarse de en medio a cualquier inadaptado social o gente que claramente no quiere hacer el trabajo que se les va a pedir. Lo suyo supongo sería, siendo tres plazas, que la entrevista puntuase más y que llamasen sólo a los... qué sé yo, diez mejor situados por CV, y no hacer a tantísima gente gastarse los cuartos en ir a Madrid desde no se sabe dónde para nada... si me cogen lo propondré, para la próxima. Dudo mucho que eso suceda en cualquier caso, porque los perfiles que buscan están más bien orientados al campo de la veterinaria y tecnología de los alimentos... debería haberles hablado de mi año en Lugo, jeje; igual ayudaba. Ya os contaré...

23/7/14

Entrevistas (I)

59. 59 ofertas postdoctorales o similares que llevo echadas desde que defendí la tesis en septiembre, ordenadas según han ido llegando; cada una en su carpeta con su documentación correspondiente. Como veis, o intuis por los nombres de las mismas, hay un poco de todo: tanto de temas como de destinos. Y nada, a estas alturas sigo esperando que el correo alguna vez traiga un "sí" en vez de un no... No es por echarme flores, pero el año pasado a estas alturas contaba con estar ya currando, claro. Y, en cualquier caso, podría no estar currando, ok, que la cosa esta muy mal; pero al menos contaba con haber hecho algunas entrevistas. Porque de una mi CV es el que es, guste más o menos al potencial interesado, pero luego en persona ya puedo venderme mejor. Y de otra, porque si no me llaman de ninguna parte, si en ninguna de las ofertas estoy entre los... cinco, o diez mejores, si me apuráis; entonces ¿qué cantidad de gente mejor que yo anda por el mundo adelante, bloqueando todas las ofertas que me interesan? Mejor no pensarlo mucho.
Entrevistas de momento he hecho una, hace cerca de mes y medio, para una oferta para la que había quedado entre los ¡tres! mejores candidatos. Entre los tres: qué bien... y qué miedo, porque de todas las ofertas echadas ésa era probablemente de las que menos me atraía, por destino y por temática. Un rato de charla por Skype con los simpáticos entrevistadores, y a esperar la respuesta, respuesta que llego un par de días más tarde y que no desentonó con la de las ofertas anteriores... Bueno, seguro que la siguiente entrevista está a la vuelta de la esquina. Ya os iré contando...

20/7/14

Vencejos y gaviones

El día se ha levantado hoy muy pintón, con el cielo despejado y lozano. Sin embargo y pese a la hora, hace relativamente fresco. Y es que ayer estuvo muy feo, y tendremos que remontar esta semana que entra: un día de muchas nubes, viento y alguna llovizna casi imperceptible. El efecto más notable de este bache meteorológico es el de que ha barrido casi por completo los vencejos del cielo de Madrid, mal que me pese. En época de cría, cuando vienen varios días malos, los vencejos pueden marcharse buscando el sol mientras dura el mal tiempo; e incluso si tienen pollos estos entran en un estado letárgico y aguantan sin comer hasta que vuelven sus padres. Pero a estas alturas del partido, yo creo que ya no vuelven...: el 18 de julio de 2014 se marcharon los vencejos de Madrid, pues. Quedan, quedan algunos: parejas algo retrasadas en la cría de sus pollos, y pájaros más norteños que se dejarán ver en migración hacia el sur durante un par de meses más. Pero los grandes bandos gritones, ésos, no volverán... hasta el año que viene. 
Hasta octubre se dejarán ver al menos sus hermanos los vencejos pálidos, mucho más escasos y discretos: dando vueltas entre los edificios de Cuatro Caminos, metiéndose a toda prisa en su nido bajo algún alero de La Latina o descendiendo a robarle un sorbo al Manzanares. Y ahí espero verlos cuando vuelvan las gaviotas a Madrid, que no deberían tardar ya. Ayer de hecho eché más en falta a las gaviotas que a los vencejos... a los vencejos que les den, ¡que se marchen a África, a vivir en un verano perpetuo, dejando el cielo huérfano de vida! Que se vayan con viento fresco; con el viento que ayer se los llevó de Madrid. Yo lo que tengo ganas de ver ahora es un gavión...

19/7/14

Heridos de muerte

Así de lozanos están los dos geranios del balcón, y sin embargo ambos tienen los días contados: la mariposa del geranio ya los ha detectado, y sus orugas se abren paso a mordiscos por el interior de los tallos de ambos, a salvo de cualquier insecticida que se le eche a la planta, delatándose por el reguerillo de heces que dejan tras de sí sobre las hojas cuando salen para ir de una rama a otra. Es triste... ambos están así de hermosotes, y así seguirán unos días, su canto del cisne particular. Y luego, prácticamente de la noche a la mañana, comenzarán a perder hojas y a caerse a pedazos, y se quedarán en nada. Como los del año pasado. Deberíamos dejar de poner geranios; al menos nos ahorraríamos el disgusto...

17/7/14

ConjuRando temoRes

Bueno, pues por fin me he decidido a perderle el miedo a la mueRte... Ahora que con la tesis terminada dejo de tener tanto agobio, puedo dedicarme a volver a ir a cursos especializados de formación, y justo antes de empezar el de Doñana me meteré entre pecho y espalda uno de R, que ya iba siendo hora. Tras escribir la entrada que enlazo arriba, descubrí que podía hacer los mismos análisis con R... pero implementado a través de otro programa con ventanitas, cosa que me salvó la vida por aquel entonces. Pero zambullirse en el maR es ya algo inevitable, pues apenas queda nadie a mi alrededor que todavía se resista al canto de las sirenas: R se está convirtiendo cada vez más en el estándar con que se escribe la Ciencia. Y no me refiero sólo a la estadística, no: R pudo empezar siendo una forma gratuita e imaginativa de realizar análisis cada vez más complejos, pero la versatilidad de esta plataforma de programación hace que sirva para prácticamente todo: R es una herramienta filogenética de primer orden, el mejor programa de SIG, la mejor herramienta de creación y edición de gráficos... el límite sólo lo pone la imaginación y aptitudes del desarrollador del paquete -gratuito- de turno (un doctorando o postdoc cualquiera apasionado de la informática, las más de las veces). En fin, convencido ya me veis que estoy. A ver en septiembre con qué pie empiezo...

15/7/14

Dos meses

Dos meses. Eso es lo que dura para mí el verano: los dos meses que dejan en medio al solsticio con el que empieza oficialmente para todos vosotros. Los dos meses en que las noches se acortan lo suficiente como para no tener que encender en Madrid ni la lamparita de la mesilla al sonar el despertador, ni la del salón a la hora de cenar. No hay olas de calor que valgan; el verano dura lo que duran los días interminables: dos meses. Dos meses en los que la migración está relativamente parada. Relativamente sólo, pues en s'Albufera me llené ya de pena al ver el primer zarapito trinador del postnupcial. Igual que me desasosiega un tanto ver ya moverse en bandadas nerviosas a aviones, vencejos y abejarucos por los costados de la Facultad. Dos meses. Cada vez me rinde menos el verano...

12/7/14

Bocanada de aire y ¡abajo! (Me lo dijo [Antón] Pérez, y VI)

 Ya de vuelta en Madrid. Para finalizar con la crónica de esta semana larga en Mallorca, vamos con una crónica de lo que pasó delante de mis narices cubiertas por las gafas de bucear, que no todo fue buscar pájaros y lagartijas bajo el sol. Tiro de wikifotos, como el año pasado en la entrada de Tenerife.

Lithognathus mormyrus
 La playa de Muro, donde estábamos y donde por consiguiente más veces me metí en el agua, fue bastante decepcionante en este sentido, pues resultó ser una especie de interminable desierto de arena donde lo único que se veía con relativa frecuencia eran herreras juveniles. Descubrí no obstante que estos espáridos, cuyo perfil cefálico recuerda tanto al de los cíclidos geofágidos, se alimentan exactamente igual que ellos: tomando bocanadas de sustrato que filtran a través de los arcos branquiales.
A mayores de las herreras, como digo, en esta playa poco más se movía: grupitos de pejerreyes muy cerca de la orilla, vigilados de cerca por los charranes comunes; y un par de grandes lubinas y una dorada, nada fuera de lo común. Nada salvo...

Dasyatis pastinaca
 ¡Un chucho! Y grandecito además; éste sí me hizo mucha ilusión tachármelo, y compensó la general falta de vida de la playa. Estas rayas tienen un aguijón serrado y venenoso en la base de la cola con el que no tenía yo muchas ganas de interaccionar, pero el chucho resultó ser la mar de tímido, y en cuanto me acerqué un poco desapareció a toda prisa mar adentro.

La playa de Muro no dio para mucho pues, y para ver mayor variedad de peces tuve que aprovechar los viajes que hicimos en sendas tardes a las playas del entorno de Cala Rajada y Cala Sant Vicenç, que al tener bastantes más rocas le daban algo de vidilla al asunto.

Oblada melanura
 Como de costumbre, los peces más abundantes son los espáridos, y en especial las distintas especies del género Sargus. Pero estos dos días me sorprendió la abundancia de obladas (unos espáridos que ocupan la columna de agua, en vez de vivir directamente sobre el sustrato como casi todos los demás), que ademas se mostraban siempre muy inquisitivas, acercándose a echar un vistazo al bicho raro y torpe que había aparecido de repente.

Chromis chromis
 Lo mismo hicieron las castañuelas el único día en que las vi. Se agradece, la verdad, cuando los bichos se muestran colaborativos y se acercan a verlo a uno.

Coris julis
 Poco pez de colores había por las playas en cualquier caso; todos ellos lábridos. Las doncellas, como las de la foto, suelen ser siempre los lábridos más conspicuos, por abundantes, aunque también me topé con algún que otro fredi o pinto.

Mullus surmuletus
Y un par de salmonetes de roca, para acabar. La verdad es que las playas... estaban entretenidas, sí, pero no particularmente rebosantes de vida. La cobertura de algas es muy baja, y no vi apenas cangrejos, o moluscos (caracoles, mejillones...); por lo que tampoco había ni estrellas ni erizos. El Mediterráneo es un mar de por sí con pocos nutrientes (por eso suele ser mucho más transparente que el Atlántico entre otras cosas), y además estar en zonas en general muy machacadas por el turismo supongo que afecta algo. Pero bueno, el agua estaba calentita... y quien no se entretiene, es porque no quiere. A ver si no tardo mucho en volver a la playa.

10/7/14

Bimbocepciones y otras historias (Me lo dijo [Antón] Pérez, V)

Ses Salinetes, en el extremo SE de s'Albufera, queda algo a desmano como para llegar caminando, pero como está junto a la carretera de la playa de Muro tampoco es que sea complicado llegar con coche. Tenía ganas de visitar esta zona porque, a mayores de acumular tantas cigüeñuelas que, si no se moviesen para no salir en la foto, podría uno cruzar los estanques saltando de una a otra; es el lugar donde Lalo me había dicho que era más probable ver cercetas pardillas Marmaronetta angustirostris en esta época, el único pato europeo autóctono no rareza que me faltaba por ver. No es una rareza, pero como si lo fuera, pues esta especie que vive en humedales de zonas áridas (¡toma oxímoron!) se ha vuelto escasísima, y las pocas veces que había estado antes en zonas propicias para la especie se me había escapado. Me había acercado con Lalo sin éxito el viernes antes de ir a ver los halcones, y ayer por la mañana me acercó mi hermana Alicia, antes de pasar el resto de la mañana por dentro del Parque. Y... y sí, las vi, cuatro hermosas cercetas. O lo serían si no estuviesen lejísimos, con una luz malísima y todos los "ísimos" que le queráis poner y que consiguen estropear la primera observación de una especie hasta el punto de que a uno le quedan ganas de no haberlas visto. En fin, seguro que la segunda vez no tardará en llegar, y las tendré casi comiendo pan de mi mano...

Una extensión mezcla de carrizal, juncal y masiega: hectáreas de verdor que tapizan s'Albufera en esta época. Un comentario recurrente cada vez que uno va a un humedal (y un pajarero va muchas veces) es: "pero a ver, el carrizo ¿cuándo narices crece?" Porque en otoño, en invierno y en primavera, está siempre amarillo. La respuesta es obvia: el carrizo crece en verano, el momento del año cuando menos se acerca uno a ver pájaros a las charcas.

Y en verano, cuando no hay patos, el carrizo pertenece a los pajarillos: a carriceros, carricerines, buscarlas y escribanos palustres Emberiza schoeniclus como el de la imagen. En invierno también hay escribanos, y muchos además, llegados del resto de Europa; pero en época de cría nos quedan en la Península aves de dos subespecies: la lusitanicus en el NO peninsular, amenazadísima, y la whiterbyi en la España mediterránea (s'Albufera incluida), apenas algo mejor que la anterior. Además de por detalles de coloración, ambas subespecies se diferencian bien por la forma del pico, relacionada con el consumo de distintos tipos de insectos y semillas en caza zona de influencia: lusitanicus tiene el pico comparativamente fino y puntiagudo, de culmen recto, mientras que las aves de la otra subespecie tienen un pico alto, grueso y con el culmen curvado, como se ve incluso a pesar de lo mala que es la foto.

Aunque el carrizal crezca sólo durante el verano, lo cierto es que lo hace con ganas. Para favorecer que haya diversidad de ambientes (vegetación de distintas alturas, zonas de agua abierta de distintas profundidades...) la vegetación se controla en el Parque de diversas maneras, incluyendo el ganado. Estos integrantes de la plantilla fija son caballos camargueses, una raza francesa acostumbrada a vivir en zonas pantanosas.

En el Canal Gran, junto a las fochas morunas, se movía hoy aparte de los múgiles un galápago europeo Emys orbicularis, otra especie cada vez más rara.

Y muchas más historias podríamos contar de s'Albufera: de sus bichos, plantas y procesos. Pero ya quedaran para cualquier otra ocasión, que hay más días que longanizas. Y con el papamoscas que me recibió ayer os despido yo, y os animo a que os acerquéis vosotros en la primera ocasión que tengáis.

8/7/14

Lagartijas turquesa (Me lo dijo [Antón] Pérez, IV)

Este chiquitín (escarabajo longicornio Cerambyx cerdo) sí era nuevo para mí...
 Supongo que va con la personalidad de cada uno, y al igual que disfruto releyendo algunos libros casi más (o sin "casi) que leyendo otros nuevos, estos días estoy encantado con cada reencuentro con alguno de los bichos que marcaron de un modo u otro mis estancias anteriores en esta isla. Sonrío cada vez que veo un papamoscas gris, ave aquí muy abundante y prácticamente urbana, o cada vez que suena el bzz-zz-zz-zz... de sus pollos aún no emancipados mientras persiguen a sus padres por los pinares pidiendo comida. Me quedo mirando con cara de bobo las bellísimas gaviotas de Audoin, que pasan en vuelo bajo, peinando la orilla, llevándose al pico algún pejerrey o esperando a que la gente comience a marcharse para bajar a por restos de comida, que hasta comer basura hacen con elegancia estas gaviotas... Y creo que incluso sonreí, más contento que triste, al ver en la autovía una marta atropellada. Pero si había algún animal que tenía ganas de volver a ver, más incluso que las fochas morunas, y sin importarme siquiera que fuesen introducidas, ésas eran las lagartijas de las Pitiusas Podarcis pityusensis que pululan por la zona de la Catedral de Palma. Ayer, que amaneció algo nublado, nos acercamos a dar una vuelta por la ciudad mi madre, mi hermana Alicia y yo; y tras buscarlas un poco, conseguí dar con las lagartijas. Estaban bastante esquivas, pero aún así alguna foto se les pudo hacer...


Preciosas, ¿verdad? Pues si a vosotros también os lo parecen, os recomiendo vivamente haceros con este libro, escrito por dos estudiantes de doctorado holandeses y un herpetólogo español que han trabajado mucho con la especie. No sólo aprende uno en sus páginas mucho sobre la biología de la especie (y sobre idiomas, pues viene impreso en español, inglés, italiano y alemán), sino que son además un puro festival de colores; de los colores fabulosos de estas bichas.

6/7/14

Niños y carrera científica (Me lo dijo [Antón] Pérez, III)

No había smartphones, pero el selfie ya se había inventado...
Sigo tachándome gente; amigos de Mallorca a los que hacía más o menos tiempo que no veía. Ayer tarde-noche tuve ocasión de reencontrarme con varios en casa de Martín (de Martín y de Rosana y el pequeño Óscar, claro), en Inca, localidad a medio camino entre Palma y Alcúdia conocida por sus manufacturas de cuero; en especial, de zapatos. Seguramente recordéis a Martín, aunque hace tiempo que no sale por esta página: compañero desde el primer día de carrera, desembarcamos juntos en Mallorca y en el IMEDEA, aunque yo tenía una beca de iniciación a la investigación y él ya venía directo a empezar la tesis. Vino también con su chica Núria Alberto, el tercero de los investigadores noruegos; y Amparo (la jefa noruega) y Manuel con sus tres chiquillos. Total, que la terraza de la casa estaba copada por los niños... y por las charlas sobre la ciencia y nuestros respectivos futuros laborales: por un lado Martín, ante una beca que se terminaba y una tesis que no, una mujer con trabajo fijo y un hijo que criar; optó por la vida normal, por establecerse en Mallorca, ganando como monitor de kárate más de lo que sacaba con la beca. Por otro lado Manolo y Amparo, los dos empalmando diversos tipos de ayudas postdoctorales, de España a Noruega y de vuelta a España; y ahora, ante un futuro incierto y tres hijos ciertos, planteándose si viajar de nuevo a por otro contrato en Gales, o no, o lo que sea.  Y a mayores Alberto, que siempre ha sido bastante culo inquieto y ha recorrido ya medio mundo un poco a salto de mata y desbordando como siempre sonrisas, pensando en si plantar su plaza de funcionario interino y volver de nuevo a la carretera, a recorrer el otro medio mundo que le queda. Y yo sin hijos y sin curro, pero con todas las dudas... ya iremos todos encontrando respuestas.

5/7/14

S'Albufera de s'ol a s'ol (Me lo dijo [Antón] Pérez, II)

 En la semana larga que tenemos por delante en Mallorca sobrará tiempo para ir a la playa... y seguro que se me quedará corto para bichear a gusto. De modo que ayer dediqué ya buena parte de la mañana (que, como veis, amaneció mucho más despejada de como se despidiera el día la tarde anterior) a pasear por s'Albufera. Ésta es sin duda la "peor" época del año para pajarear en las zonas húmedas, pues faltan todas las especies invernantes y muchas de las reproductoras ya están con la cría avanzada y perdiendo las galas nupciales, pero aún así la mañana resultó altamente provechosa.

 Las masas de acebuches y lentiscos que bordean el Canal Gran, por ejemplo, bullían cada pocos tramos con la cacofonía increíblemente variada que sale de las garceras: martinetes, garcetas comunes y garcillas bueyeras y cangrejeras (mis favoritas, por bonitas y por ser con diferencia las que menos veo) comparten aquí espacio y peleas por igual.

 El primer observatorio en que me metí, sa Roca, lucía bastante desangelado, con el agua muy baja y los bichos lejos...

 ... pero en el Parque siempre acaba saliendo algo que mirar aquí o allá, como por ejemplo una pelea (no se ve en la foto, claro, pero la liaron buena) entre dos parejas de calamones Porphyrio porphyrio.

 Junto al centro de interpretación el agua del Canal Gran es más somera y menos salobre que más cerca de su desembocadura, y la vegetación más abundante. Y entre otras menudencias, la parejita de fochas que cuidaba de sus tres pollos a escasos metros de los visitantes...

 ... pues nada, resultaba ser una pareja de fochas morunas Fulica cristata, una de las aves más escasas de España. Cosas que tiene s'Albufera :-) Estas fochas además fueron tan majas que, al meterse un momento entre los carrizos de la orilla, asustaron e hicieron salir al descubierto una pareja de carricerines reales, otra de las especies que me tachara aquí y que apenas he vuelto a ver después.

 Múgiles grandes como brazos se abrían paso entre las espesísimas matas de cola de zorro Ceratophyllum demersum y los pies de las fochas, que no les tenían ningún miedo, ya que estos grandes peces son detritívoros y por no comer ni siquiera se comían las plantas, sino que únicamente "chupaban" las partículas que éstas van filtrando del agua y reteniendo, sin llegar ni a quebrar los tallos.

 Otro pez, uno que creo que me tacho (aunque con esto de los peces no sea yo especialmente fanático de las listas): una anguila Anguilla anguilla.

 Una foto panorámica desde el observatorio Bishop I. Esta zona, cuyas aguas someras albergan en invierno buena parte de las limícolas del Parque, estaba completamente seca y resquebrajada. Pero no desprovista de vida, pues allí criaban...

 ... varias parejas de charrán común Sterna hirundo, reproductor reciente y escaso en Baleares; que tenían correteando por allí pollos de todas las edades.

 Y también pululaban por allí varias parejas de cholitejo patinegro Charadrius alexandrinus. Esta hembra tenía una anilla de color... Resulta "raro", no sé, darse cuenta de repente de que el pájaro silvestre que uno está viendo está anillado; es como si el hecho de que haber pasado por las manos de alguien lo transformase de repente en un ave doméstica.

Y hasta aquí la mañana, que ya apretaba demasiado el sol y hubo que salir corriendo. Pero por la tarde había quedado con Lalo, al que seguro que recordáis: el albañil gallego afincado en Mallorca con el que salía a pajarear muchos fines de semana los meses en que estuve viviendo aquí. Y como nos quedaba tan a mano, pues terminamos otra vez en s'Albufera.

 A la zona de la depuradora de Son Bosch, donde despedimos el día esperando (como en Soria) a que los halcones de Eleonor de las cercanas colonias de la Tramuntana apareciesen para alimentarse de escarabajos bataneros. Y, como siempre, los halconcitos se hicieron mucho de rogar...

 ... pero, al contrario que otras veces, cuando aparecieron se portaron divinamente: eran como una docena, de ambas fases, y pudimos verlos a placer mientras se alimentaban (lástima de luz). A veces pasaban muy cerca de nosotros, hasta el punto de que se veían caer de sus picos las alas y otros restos duros que desechaban de los escarabajos... Y allí seguían aún cuando nos fuimos, ya prácticamente sin luz y medio comidos por los mosquitos.

Y una autofoto de despedida de los dos, para cerrar la crónica de un día la mar de aprovechado.

4/7/14

Una llegada bochornosa (Me lo dijo [Antón] Pérez, I)

 Pero bochornosa de forma literal, vaya, que es la que menos me importa: tras la noche tormentosa que tuvimos en Madrid y lo fresco que amaneció el día, el mazazo de calor húmedo que te sacude en el rostro al salir del aeropuerto de Son Sant Joan seguro que desagrada a la inmensa mayoría de turistas, pero no a mí.
Fuimos llegando a media tarde mi hermano y yo desde Madrid y todas las demás desde Galicia. Como no íbamos a caber todos en el coche con las maletas, fui yendo yo en autobús, en el mismo coche de línea que tomaba para ir a s'Albufera los fines de semana. Y como todos los demás tardaron la vida en venir, pues hasta s'Albufera que me acerqué un rato; a saludar, como quien dice...

 Pero tampoco pasé más allá de la desembocadura del Canal Gran, que era tarde y el Parque estaba ya cerrado. Cerrados estaban los cielos también, pero al revés que en Madrid no llegaron a abrirse.

Ayer no pasé de la puerta (para hoy queda), pero s'Albufera, en cualquier caso, lo que se dice lejos no está: esta foto la saqué desde la ventana del apartamento... sí, moríos de envidia, jeje. Nos comerán los mosquitos estos días, pero qué le vamos a hacer, picotazos con gusto no pican...

3/7/14

Como aún no han hecho el puente desde Valencia... (Me lo dijo [Antón] Pérez, previa)

... tocará ir a Mallorca en avión. Pero allí que nos vamos hoy a mediodía, como os dije, y tengo bastantes ganas. Bastantes más que las que tenía de ir al Algarve el año pasado, por cierto; es lo que tiene no el "ir", sino el "volver": que uno llega con un bagaje previo y se mueve por territorio conocido... o bastante olvidado más bien, me temo, pero siempre es más sencillo recordar que aprender. Uno llega con una serie de lugares, especies y personas con las que se quiere reencontrar, pero no tener una lista larga de "cosas que ver" permite ir con mucha más calma...y dedicar mayores esfuerzos a la microcirujía, por así decirlo: a ver las pocas cosas que han ido quedando en el tintero. Cercetas pardillas, por ejemplo, un bicho que ya se me lleva resistiendo demasiado tiempo... suerte que uno es perro viejo y he convencido arteramente a mi familia de que la casa donde vamos era sin duda la mejor, apenas a dos pasos de la playa de Muro... y a tres de la entrada de s'Albufera, jeje. Nada pues, ya os iré contando cómo de encantado me dejan todas las cosas que veré...

2/7/14

El mimetismo batesiano y la Crisis Messiniense

 Ea, ya está disponible el número doble de julio-agosto de EMNMM, incluyendo un artículo sobre las inesperadas sorpresas ecológicas que puede deparar un descampado cualquiera; artículo que creo que nos ha quedado bastante aparente a Javi y a mí. Ya tenéis lectura para algún rato tonto este verano.

No os quejaréis de la portada los de siempre esta vez, ¿eh?; ésta es bastante moderada...

1/7/14

Pues se acabaron las medidas...


... y ahora viene lo más divertido: desmontar y limpiar todo, toda la sala de terrarios donde hemos tenido las bichas... je. Ayer las lastgartijas durmieron ya en Navacerrada, después de que terminásemos con todos los experimentos del trabajo de máster de Álex. Ha sido un alivio, la verdad, no sólo porque tener animales es siempre un poco esclavo y ha habido que estar yendo a la Facultad por turnos todos los fines de semana de prácticamente los últimos dos meses, sino también porque ahora ya al apretar el calor las lagartijas se estresan y debilitan más al estar cautivas, y alguna me temo que que no ha podido hacer el viaje de vuelta a casa...
Pero ha estado bien este trabajo. Si los resultados lo merecen (que seguro que sí) saldrá de aquí una publicación maja que espero firmar como coautor, cosa que como veo a diario nunca sobra. Además he aprendido mucho del trabajo experimental, haciendo cosas bastante distintas de las que hacíamos con las currucas. Y a mayores lo mejor es que he podido echar muchas horas con la persona a la que debo buena parte de la alegría con que voy cada día a la Facultad: Álex ha sido sin duda el descubrimiento más afortunado de este curso. ¡Ojalá que acabes haciendo una tesis brillante en donde y con quien más te sepa valorar, que el material de base lo pones tú ya de sobra! Con gente como tú la verdad es que da gusto :-)

¡Si es que se lo rifan hasta las lagartijas!