28/11/14

Polen de museo

Granos de polen: la huella dactilar de cada flor
La palinología es, en pocas palabras, la ciencia que, a partir del estudio de los tipos de polen (y esporas de hongos, por extensión) recogidos en un lugar dado, infiere sus particularidades. La forma de los granos de polen puede ser lo suficientemente distinta como para permitir identificar incluso especies concretas de plantas, lo que puede tener multitud de aplicaciones: un palinólogo forense puede por ejemplo identificar el origen de algún cargamento de contrabando en función del polen que se le haya podido quedar adherido; o por ejemplo el estudio del polen recogido a lo largo de los años en los sedimentos de lagos u otras zonas húmedas (o incluso polen conservado en ámbar, de hace muchos millones de años) establece un registro de las condiciones bioclimáticas de cada momento, en función del mayor o menor predominio de especies de climas fríos, áridos...
Un problema que presentan sin embargo los registros polínicos es que suelen estar sesgados comprensiblemente hacia las especies que se valen del viento para ser polinizadas (anemófilas), la que son éstas las plantas que liberan en el ambiente mayor cantidad de polen; mientras que las que son polinizadas por insectos u otros animales tienen buen cuidado de que el polen no caiga de la flor sin ton ni son. Pero a unos investigadores holandeses se les ha ocurrido la idea, tan simple como brillante, de buscar polen... allí donde debería aparecer: en los insectos. En las colecciones de insectos de los museos, en concreto. Y estudiando el polen adherido a insectos capturados a lo largo de distintas décadas han podido registrar variaciones importantes en la diversidad de especies de flores de las que necesitan alimentarse las abejas a lo largo del año (pues no todas son igual de nutritivas): una causa más que sumar a las culpables del declive global de las abejas. Más, aquí.

27/11/14

Una conversación imaginaria...

- ¡No me jodas!
- ¿Qué pasa?
- No has visto el correo que acaba de llegar, ¿no?
- No. A ver...

De: Gran Jefe
Para: SubJefe1, SubJefe2
Asunto: Aniversario de Supersónico

"Con motivo del aniversario de nuestra gran empresa Supersónico...

- "...Supersónico"...blablabla..."festejemos al unísono como la gran familia que somos"...éste ya chochea...
- Lee, lee ahora.
-...blablabla..."organicen ¡¡una celebración de aniversario para los trabajadores que refleje los valores de la empresa!!" ¡¿Pero éste de qué va?!
- Pues ya ves...
- ¡Pero si estoy seguro de que ninguno de éstos tiene ni idea de si estamos de aniversario o de qué!
- Ya, pues me da que se van a tener que enterar...
- Joder... qué marrón. ¿Y qué hacemos? ¿Va a haber que comprarles champán y esas cosas?
- ¡¿Qué dices?! ¿No has leído lo de "los valores de la empresa"? "Champán", dice... ¡y si te parece ahora en Navidad les damos paga extra!
- Bueno, bueno, tranquilo, ¿eh? Pues nada, a ver qué se nos ocurre...
- A ver...
- ...
- ...
-... ¡¡Ya lo tengo!!
- Cuenta, pues.
- Ahora que está tan de moda eso del MasterChef y todas las mierdas de concursos de cocina esos... ¡hacemos un concurso de tartas!
- ¡Coño, genial! ¡Y así no nos gastamos ni un duro en encargar nosotros una!
- Jajaja, ya ves... ¿Y después de probarlas... les damos un premio o algo?
- Les imprimimos unos diplomas, y van que chutan.
- Jajajajaja... ea, incidencia solucionada. Oye, ¿viste ayer el partido de...

...es una conversación imaginaria, pero bien pudo haber sido real. De hecho si alguien me dijera que tuvo lugar palabra por palabra en algún despacho de cierta empresa de teleoperadores que cumple hoy 15 años, me lo creería perfectamente...

25/11/14

Cosechas tardías

Wikifoto
El carricerín cejudo Acrocephalus paludicola, sin ser una rareza, es una especie lo suficientemente escasa y bonita como para que tenga muchas ganas de ver uno. Es una especie bastante amenazada, pues ocupa un tipo de hábitat muy particular (campos de juncias en el límite de las zonas húmedas) que es de los primeros que cae por la acción del ganado y el arado cuando se le mete mano a un humedal, tanto en los alrededores del Báltico donde cría como en el Sahel occidental donde inverna. Una compensación "de laboratorio" a no haberlo visto fue la posibilidad de analizar tubos con su sangre durante mi primera estancia en Lund: unos colaboradores alemanes de Staffan, mi supervisor allí, le habían enviado muestras de aves anilladas en Senegal durante el invierno, y él me pidió si podía sacar un rato para ver qué parásitos podrían tener. Parece una tontería, pero uno ciertamente se siente un poco allí cuando manipula tubos de sangre de especies y/o lugares que no ha visto, y se trabaja así más a gusto: me pasó con estas muestras, con las muestras de Canarias y Madeira que usé en la tesis, con las de las codornices de Menorca... en fin, el laboratorio a veces cansa tanto que cualquier vía de escape es buena. El caso es que las muestras quedaron analizadas, y desde 2009 una carpeta en mi Dropbox llamada "ACROLA - Lund" contiene los resultados de esos análisis, de los que nunca más me acordé... hasta ayer. Me escribieron de Suecia: a lo largo de estos años habían ido llegando un poco por azar distintas muestras de la especie, y al final habían dado para escribir un pequeño artículo, del que soy ahora coautor sin haberme esforzado mucho más. Una recompensa inesperada la mar de agradable a "un favor" hecho hace casi cinco años exactos... al final el favor me lo hice a mí mismo.

23/11/14

Curiosidad parduzca

El Manzanares más otoñal...
 Mentiría como un bellaco si no reconociese que uno de los principales motivos por los que quería conocer a Víctor, un amigo francés que hizo Vero en los campamentos de verano en Camboya y que ha venido este fin de semana de visita, era saber qué pinta podría tener el hijo de un nigeriano y una camboyana, pues tal es la ascendencia del susodicho... Pero además el encuentro tuvo lugar en un marco tremendamente agradable: echamos la mañana los cuatro (se nos unió Edyta, una doctoranda polaca de estancia en la Facultad durante tres meses) dando una vuelta por El Pardo, disfrutando de los colores de la estación bajo un sol casi de manga corta.

El Pardo desde el convento de los capuchinos
Los bichos grandes son de mucha ayuda para que esta gente para la que salir al campo es una actividad relativamente exótica se vuelva a casa contenta, y El Pardo para esto es un valor casi seguro: cuando ya llevábamos vistos los "big five" locales (ciervo, gamo, jabalí y buitres negro y lenonado), sumamos en el mirador de arriba un bonus track: águila imperial. De todos modos, el bicho preferido de ambos fue uno mucho más pequeño, pero muy colorido: el martín pescador.

 Estos dos, que llevan por El Pardo algunos meses sin que nadie sepa de dónde han salido, también eran bastante big. No son los únicos bichos exóticos que vimos, pues éstos y a las omnipresentes cotorras argentinas se les sumó también un visón al que vimos fugazmente... como fugazmente vos también un avetorillo, el que más gracia nos hizo a Vero y a mí.

Y ea, aquí tenéis, en carne y hueso, la respuesta a la pregunta que os estabais haciendo desde que empezasteis a leer esta entrada...

22/11/14

Una semana más...

 Tengo que pediros perdón: últimamente mis actualizaciones están siendo casi tan estacionales como las castañas de las que os hablaba ayer... La culpa es de las insulsas circunstancias que me rodean: por la Facultad pocas cosas contables pasan estos días, y por las tardes en Cortefiel más de lo mismo. Además, como ya os dije, se nota mucho el recorte horario que ha supuesto este trabajo con respecto a la vida que llevaba antes... pero, al menos de momento, a eso poco le queda: mi contrato se extendía a lo largo de dos meses, octubre y noviembre, y le queda justo una semana para que toque a su fin (pues casualmente me tocará trabajar el último sábado). Bueno... ha estado bien cobrar, ciertamente ha sido un alivio; pero sabiendo como sabia que esto tenía fecha de caducidad, no me amarga pensar en tener tiempo de nuevo para echar horas en la Facultad y para disfrutar de los diversos festivos e historias de diciembre... historias como la nueva edición de las Jornadas de Ornitología Complutense:

Este año yo no hablo, así que hay garantía de calidad ;-) ¡Qué despacio se me va a pasar esta semana...!

21/11/14

Manualidades

Así lucía la cosecha en la galería de mi casa el fin de semana; algo más abundante que la del año pasado, pero sin exagerar... es bueno, eso de no exagerar: que la castaña siga siendo una fruta del tiempo es uno de sus principales atractivos. Si las hubiese todo el año, como las manzanas, seguramente valoraría su agradable sabor dulce igual de poco. Aunque la castaña tiene algo de lo que las aburridas manzanas carecen: una dimensión lúdica. No sólo por la parte festiva que llevan aparejada, sino por el proceso de elaboración (hacer un pequeño corte lo primero, asarlas en el horno, pelarlas luego...), tan "digital" que tiene mucho de manualidad de colegio, de Kinder Sorpresa... sobre todo si vienen con gusano dentro

17/11/14

Langostas y langostas...

 Bonito, ¿eh? El gráfico es bonito de por sí (incluso después de que lo haya estropeado yo después de pegar la portada de la revista encima), pero más bonito aún por lo que cuenta... Hace diez días, Science publicaba la filogenia definitiva de los insectos (hasta que otra la desmienta, aunque no creo que sea pronto): una jerarquización de relaciones de parentesco entre los distintos grupos no basada en pocos o muchos genes, sino en todos; en genomas completos de los organismos analizados. 
Tras salir publicada, los más tontos nos hemos contentado con "mirar los santos": curiosear las imágenes y leer en diagonal un texto que bien podría estar escrito en chino. Pero por suerte hay gente a la vez lista y dadivosa, gente a la que le gusta pensar y que al compartir sus ideas nos ayudan a los tontos a descubrir el mundo con otros ojos, a ampliar miras (y estoy pensando que ése debe de ser el motivo por el que se nos enseñaba Hª de la Filosofía en COU... pena que no nos lo explicaran así entonces): algunos se han alegrado al comprobar cómo las técnicas moleculares más sobresalientes refrendaban el trabajo realizado con la sola ayuda de una lupa por los taxónomos dieciochescos, de modo que este trabajo comprueba la validez como grupos naturales de los órdenes de insectos tradicionales, el valor como elementos de clasificación de los detalles morfológicos y de los ciclos vitales que sirvieron para definirlos, y sobre todo la agudeza de los científicos de entonces, que supieron distinguir tan bien el grano de la paja... 
Y otros, como mi señor exdirector, han visto en él la respuesta definitiva a preguntas que muchos no nos habíamos planteado nunca: ¿por qué las langostas se comen nuestras cosechas... y nosotros a su vez las pescamos para comérnoslas? O, expresado con menos lío: ¿por qué, si ambos son grupos tan tremendamente exitosos y aparentemente capaces de adaptarse a todos los ambientes, no hay (apenas) crustáceos terrestres e insectos marinos?

La solución es de ésas tan simples y brillantes que le hacen a uno sentirse aún más lerdo de lo que es: la respuesta es que sí que los hay... porque cada uno es la respuesta a la pregunta del otro: ambos grupos no son recíprocamente hermanos, sino que uno engloba al otro: primero fueron los crustáceos, y en un momento una rama de los mismos se adaptó al medio terrestre... sólo que en vez de llamarlos "gambas de seis patas" los hemos llamado insectos. Los insectos no son pues la contraparte terrestre de los crustáceos, sino la respuesta de los crustáceos al reto planteado por un ambiente hasta entonces hostil...
Y ya está. A muchos (porque no os interese -legítimo es- o porque esto os sonase ya y os pareciese evidente) puede que esto no os diga gran cosa. Pero oye, a mí que JPT me hiciera caer en la cuenta de esto me alegró en su momento el día... ya veis, con poco se contenta uno.

15/11/14

Milanos atlantes

Tomando el relevo a sus primos los negros, que flotan ahora en pos de las langostas del Sahel, los milanos reales, llegados desde Centroeuropa, volaban ayer a uno y otro lado del tren, siluetas negras recortadas contra el cielo plomizo de Castilla, sosteniendo sobre sus hombros las nubes borrascosas...

(me hizo gracia la idea: los milanos, soportando el peso de la bóveda celeste. Y se quedó así, a medias entre prosa y verso... Digamos que queda como un borrador, como un garabato en un cuaderno de notas; alguna vez se me ocurrirá cómo mejorarlo. Y feliz día del patrón, compañeros biólogos)

14/11/14

(mes de) Prueba superada

"Sí, el lunes nos vemos, has pasado la prueba". Así, sin mirar siquiera, sin alharacas, me comunicó mi jefe inmediato que este prime mes de trabajo había transcurrido con el nivel de satisfacción suficiente... bueno, pues tan contento; en cualquier caso son otras dos las semanas que me quedan hasta que termine el 29 por extinción de contrato, pero dos semanas más que echar al haber... El trabajo sigue siendo bastante entretenido, y podría ser además disfrutable si no fuese por la dichosa productividad, por la exigencia de despachar llamadas y otras tareas lo más deprisa posible, para así poder atender cuantas más, mejor; quedando la calidad de las mismas (aunque esto nadie lo reconocerá) supeditada a esto... pero bueno, yo a lo que me manden. Por lo demás, opté por trabajar el sábado pasado a cambio de poder coger hoy el día libre, para poder subir un par de días a Orense. A ver qué historias me esperan esta vez en el tren...

12/11/14

"A ver, evolución, ¿¿a qué estamos jugando??"

 Entre los muchos correos post-puente, había uno que anunciaba que el próximo lunes, aprovechando que está en España para ir a un congreso bastante molón de métodos filogenéticos que empieza hoy en Sevilla, dará una charla en la Facultad Emma Sherrat, joven y brillante bióloga (con el tipo de carrera -y página web- que a todos nos gustaría, pero que evidentemente hay que currarse: tesis en el Reino Unido en 2011, dos años de postdoc en EE. UU. y desde este año profesora en Australia; todo salpicado de artículos brillantes) que entre otras cosas ha trabajado mucho con cecilias: ese olvidado tercer orden de anfibios (ni ranas ni tritones) semejantes a lombrices adaptado a una vida fosora; y sobre las adaptaciones convergentes entre distintos grupos de animales a la vida cavadora nos hablará...
... pero el objetivo de esta entrada no es sólo invitaros a que os paséis por la charla, sino recomendaros que os paséis también por esta página que he visto enlazada en la suya: WTF, Evolution?!, una recopilación de imágenes de criaturas con algún rasgo a primera vista extravagante, y un diálogo entre el narrador y la evolución (como personaje) intentando darle sentido.

"A ver, evolución, sólo porque la rana crucifijo viva bajo tierra no significa que puedas pasar de ella. Al menos dale forma a la pobrecilla..." Ejemplo de entrada

11/11/14

Tras un año de espera...

... pues la idea original era que estuviera listo para noviembre del año pasado, ¡por fin! esta disponible Pop Cabrón, el 5º disco de Ellos, el disco para el que os pedí implicación económica, jeje. Ea pues, por un poquito más, podéis comprobar si vuestra aportación ha valido la pena... Es raro, y creo que en conjunto me convence menos que otros, pero... Ellos son los que mandan; yo os dejo con el single promocional del disco:

10/11/14

Pues ya ha empezado a llover...

 ... y, aunque en Madrid no es que caiga mucha agua, es la suficiente como para que todo el terreno bajo los pinares camino de la Facultad verdee ahora, tan lozano que a uno le da pena no ser una oveja. Mientras ha durado el calor la hierba ha crecido, y ahora se mantendrá estable, cogiendo fuerza, para cuando el calor vuelva en primavera lanzarse a florecer. Podemos echarle pues un ojo a la parcela que dejamos absolutamente pelada en septiembre, para ver qué pinta tiene ahora:


Bueno, pues esta es la pinta que tiene: a un lado del sendero la alfombra vegetal es continua, y al otro hay más calvas que en un autobús del Imserso; pero aparentemente han crecido las mismas cosas a un lado y al otro. En primavera como digo, cuando todo florezca, lo comprobaremos...

8/11/14

Migración "horizontal"

Pese a que al pensar en "migraciones" lo primero que indefectiblemente nos viene a la cabeza son bandadas de aves moviéndose latitudinalmente dos veces al año y recorriendo miles de Km, muchas otras especies realizan migraciones que no por ser más breves dejan de tener una importancia crucial en sus ciclos vitales: quedándonos con las aves, por ejemplo, muchas de las especies "sedentarias" bajan en otoño de la montaña al valle. Aunque se desplacen apenas un kilómetro, si aproximadamente por cada 100 m hay una diferencia de 1º C, pues ese mínimo desplazamiento implica pasar el invierno diez grados más caliente que arriba... 
... Pues buscando el calor también me he mudado yo esta semana apenas unos pasos, cruzando el pasillo: del despacho de JPT al de Pepe; que los despachos de la fachada sur de la Facultad son mucho más cálidos y el winter is coming...

(En realidad el verdadero motivo del cambio es que soy la primera piedrecita de una racionalización del espacio de la planta 9 entre las personas que en ella trabajan: una de las tareas más relevantes que tendrá que afrontar el nuevo Director. Pero eso que me llevo, pasar el invierno mucho más a gusto)

7/11/14

Límites geológicos (Soria inesperada, y IV)

Van dos doctores y dos burros por Soria y... (© Vero)
 Todavía en Covaleda, en nuestra última parada junto al Duero, aparcar el coche y que este burrito patilludo y su señora madre vinieran a mendigar pan y caricias a partes iguales fue todo uno. Y tanto mejor para mí, que son unos bichos que me encantan, con su carita de paciencia infinita...

 Pero no podíamos quedarnos todo el día haciéndoles arrumacos (pues vaya...), que había más cosas que ver Duero arriba; río que trascurría flanqueado por pinos a un lado y robles albares y melojos al otro.

 A unos cientos de metros de donde estábamos, el río se encajonaba entre farallones de conglomerado como los que habíamos dejado arriba en Castroviejo y que os enseñé ayer: este paraje tan bonito se conoce como "los apretaderos" del Duero.
Emprendimos luego ruta hacia el sur, regresando pausadamente a Madrid, y al poco atravesamos una línea geológica perfectamente definida que deja al norte las masas de conglomerado relativamente impermeables, que mantienen el suelo fresco y húmedo al retener el agua; y al sur una gran matriz caliza que se extiende ya casi hasta Madrid y por la que el agua se cuela enseguida por mil cuevas, quedando la superficie del terreno seca. La vegetación cambiaba muchísimo en consonancia, y la carretera, tras bajar de la última colina con pinos, subió en seguida una con sabinas, el árbol estrella de las parameras calizas peninsulares.

 Y al sabinar de Calatañazor* íbamos, a ver los ejemplares más lustrosos de esta especie, con permiso de las sabinas segovianas de Sigueruelo.

 A poca distancia del sabinar, "la Fuentona", un sifón que se hunde en el terreno kárstico y se funde en una red de cuevas de cientos de metros, da salida al exterior a parte del agua del nivel freático, naciendo así el río Abión (o Avión, según el cartel que se consultase). Uno de los programas de Al filo de lo imposible (qué poco me gustan estas series de exploraciones, la verdad; no sé por qué...) se adentra precisamente por este complejo de galerías sumergidas.

(© Vero)
Y no podía faltar una foto de los cuatro para cerrar esta serie de entradas, claro. Y la recomendación de que no os quedéis sólo con las fotos: id a ver todo esto en directo, que merece mucho la pena.

*una cosa que me da mucha, pero mucha rabia, es enterarme de repente de que una palabra que estaba convencido se escribía de una manera, resulta escribirse en realidad de otra. De éstas ha habido muchas, pero recuerdo ahora la creación antoniana de Hyspifilodon* para llamar al Hypsilophodon... y mi encono en decir Catalañazor* en vez de Calatañazor, arrastrando muchas veces a mis compañeros de viaje durante todo el fin de semana...

6/11/14

Soledades del domingo por la mañana (Soria inesperada, III)

De igual modo que el sábado no conseguimos estar solos ni un segundo, tal era la afluencia de gente al monte, el domingo en cambio raro fue que nos cruzásemos con alguien. Tras desayunar tranquilamente y con un ojo puesto en el cielo, pues la amenaza de lluvia fue más o menos constante a lo largo del día, empezamos la mañana visitando la especie de "ciudad encantada" de Castroviejo, en Duruelo de la Sierra.

 Esta parte del sistema Ibérico está formada por grandes bloques de conglomerado, bloques a los que la erosión del agua, el hielo y el viento va despojando de sus partes más blandas, labrando un laberinto por el que hubiéramos debido echar algo más de tiempo.

 Pendiente abajo, el paraje terminaba abriéndose en un mirador sobre la incipiente ribera del Duero, recubierta de pinos en vez de vides en este tramo inicial.

 A poca distancia de Castroviejo está el paraje de la Cueva Serena, un gran extraplomo por el que el agua escurre de continuo; salvo en invierno, cuando aparentemente se congela y llega a formar una gran columna... cosa que no vimos, claro; y la poca lluvia que caía tampoco había agrandado el chorro hasta el volumen que adquiere en primavera.

 Realizamos todavía una última parada en un lugar solitario de paisajes boscosos y pétreos, pero antes, buscándolo, acertamos a pasar por accidente por el campamento de La Nava, en Covaleda, antiguo lugar donde acudían maestros de toda España a imbuirse del Espíritu Nacional. En torno al campo de instrucción, cada promoción había dejado su monolito, frente al arco que empezó a derrumbarse este año. Vacas y caballos, ajenos al aire decadente y depresivo que desprendía toda la zona, daban a la hierba del campo el mejor uso que hubiera podido tener.

Y las últimas estampas sorianas quedarán ya para mañana. Cierro esta entrada con esta Amanita muscaria, tan lozana que daban ganas de comérsela; de las pocas setas no pasadas que el avance del otoño y de los recolectores habían dejado en el monte.

5/11/14

Coronando el Urbión (Soria inesperada, II)

 Tras subir la cuesta con que finalizaba la entrada anterior, venía bien un último vistazo atrás para admirar la laguna y su entorno, antes de girarse y descubrir un panorama radicalmente distinto:

 La meseta que se eleva suavemente hacia el norte sobre la laguna recuerda enormemente al páramo escocés: pinos espaciados y achaparrados, visitados de continuo por bandadas inquietas de carboneros garrapinos y piquituertos; y por todas partes turberas rezumantes de agua, con matas de brezos y brecinas...

 ... y musgo, mucho musgo: musgo de todos los tipos habidos y por haber.

 Al final de esta meseta se abre un amplio mirador al límite entre Soria y La Rioja, y se ve por primera vez la cumbre pétrea del Urbión, al fondo.

 Tras ascender otro breve repecho, el paisaje vuelve a cambiar, y a pesar del agua de la laguna Larga, la altitud es ya mucha y el terreno demasiado pedregoso, de forma que el suelo se ve cada vez más pelado.

 Los últimos cientos de metros hacia la cima se hacen así algo más áridos: la senda serpentea entre rocas, acercándose a veces inquietantemente al borde de los cortados de la imagen

 Pero mientras nosotros ascendíamos con más o menos esfuerzo, según la capacidad de cada uno, miles de mariquitas de siete puntos Coccinella septempunctata lo hacían sin esfuerzo, y probablemente sin querer, arrastradas por el viento. Una vez arriba buscaban refugio entre las rocas, intentando encontrar un hueco en el sobrevivir al invierno que ya se nos echa encima.

 El esfuerzo se hace notar menos si es con un fin, coronar en este caso, y al cabo termina uno por llegar hasta lo alto del Urbión, a 2.228 m snm; apenas una más de los cientos de cumbres del sistema Ibérico, la divisoria que determina en buena parte de España qué ríos fluyen hacia el Atlántico y cuáles hacia el Mediterráneo.

Y uno de los más notables de entre los que fluyen hacia la Mar Océana surge justo entre las peñas al pie de la cumbre del Urbión: ahora que no quedaba nieve que al fundirse agrandase el caudal, el agua que percola poco a poco de la turba constituye el combustible que da vida al Duero más infante, apenas un hilo de agua que salta entre rocas camino del llano. Y tras asistir a su parto permanente, bajamos nosotros también, ya con la tarde de caída...

...Una tarde en la que, por presión popular, aprendí a jugar al mus, pudiendo comprobar que, como todos los juegos de cartas, me resulta innecesariamente complicado y más bien aburrido... lo siento, chicos. Pero en cualquier caso se agradece el intento.

4/11/14

La laguna Negra (Soria inesperada, I)

Por Soria en general no "se pasa", sino que "hay que ir", de modo que como provincia la tenía fisionómicamente desubicada. Y la verdad es que la aproximación de este fin de semana ha sido la mar de grata: teníamos ganas de ver bosques coloreados por el otoño, y quedamos satisfechos, pues Soria resultó tener una de las masas forestales continuas más extensas de la Península. Bosques y montañas, de hecho, pues el límite provincial con La Rioja poco recuerda al tópico de Castilla plana y pelada...

 Lo malo fue que aparentementente la mitad de la población española decidió pasar este fin de semana con nosotros, y la llegada a la zona de la laguna Negra fue un continuo procesionar de coches y gente; gente con ganas de buscar setas sobre todo, que ahora finalizando ya la estación abundaban casi más que las setas mismas.

 Tras una breve subida en autobús desde el aparcamiento, y una subida más breve aún a pie, uno llega hasta la famosa laguna, flanqueada por el bosque al este y por unos paredones rocosos al oeste.

 El bellísimo pino albar Pinus sylvestris (4), de corteza rojiza y hojas glaucas, es la especie arbórea predominante en toda la sierra de Urbión: las demás buscan los pocos huecos libres que por uno u otro motivo escapan a su dominio: el suelo poco profundo y pedregoso al pie de las paredes rocosas (3) aparecía tachonado de hayas Fagus sylvatica, apenas arbustivas y ya desnudas, y serbales de cazadores Sorbus aucuparia, de follaje dorado. Otras especies más tímidas, que ni con las hayas podían competir, sobrevivían directamente agarradas a la pared, como los robles albares Quercus petraea (2) o los abedules Betula pubescens (1); mientras que en la orilla demasiado húmeda para otras especies de un arroyuelo que corría hacia la laguna medraba una masa de álamos temblones Populus tremula (5) que se hacía notar por el rojo encendido de sus hojas a punto de caer.

 De "arriba", de alguna parte, escurría como digo el agua a la laguna, en cascadas menguadas tras meses de sequedad estival.

Y arriba que nos fuimos, acompañados cada vez de menos gente, camino de la cumbre del Urbión. Pero lo que arriba nos encontramos, lo dejo ya para mañana...

3/11/14

Eliminando distracciones

¡Buenas a todos! Ya de vuelta, tras este fin de semana por las tierras altas sorianas... habrá bastantes historias que ir desgranando en el blog estos días, con sus fotos correspondientes. Pero antes, y mientras las ordeno, para ir evitando que las novedades capilares distraigan a los que no me veis con frecuencia de lo esencial de las entradas, ahí va este teaser...

... mañana, más.

2/11/14

Más colores de otoño

 Para que os entretengáis un poco este domingo de Fieles Difuntos, os dejo el número de noviembre de EMNMM, con reportaje incluido sobre un arbustito que se encuentra ahora en plena fructificación, y que más madrileño no podría ser...


1/11/14

Otoños robados

Uno de los dos no es un bosque...
Me consta que para muchos excesivamente apegados a lo contante y sonante, de uno u otro bando (los que quieren conservar la especie X a todo trance... o aquellos para los que que la especie X esté en sus terrenos les impide sacarles todo el jugo económico), hablar de conservación en términos diríamos casi "místicos" es una patochada, un juego teórico que no conduce a nada. Y sin embargo no sólo de pan vive el hombre, sino también de espíritu, de belleza y de variedad. En este sentido, sobran los estudios (incluso revistas hay especializadas en el tema, y no malas) que demuestran los beneficios que reporta al ser humano el contacto con la naturaleza, con una naturaleza viva y variada, aunque sea en un parque. y no me refiero a beneficios en términos de más o menos recursos naturales o cosas así, sino a beneficios directos en términos de salud física y espiritual. El beneficio por ejemplo de sentir el pulso de la vida a través del cambio de las estaciones debería tener una relevancia mucho mayor (o, si quiera, alguna relevancia) a la hora de valorar si queremos que España, del Miño al Bidasoa, siga siendo un eucaliptal que un koala podría recorrer sin bajarse de los árboles; un eucaliptal invariablemente triste e inmutable a lo largo de las estaciones del año...
... Y toda esta reflexión introductoria para comentar que este fin de semana por fin vuelvo a salir al campo, a una zona que, si bien no destaca por poseer tal o cual especie singular (lo "material"), sí lo hace justificadamente por tener uno de los otoños más bonitos de la Península: el entorno de la sierra de Urbión. A la vuelta os cuento si vengo más o menos elevado.