30/1/15

Olimpiadas de invierno

Tras volver de Andújar hace un par de años, Raquel y yo, a los que ni el lince nos levanta la pasión desaforada que parece desatar en otros, ni nos termina de convencer lo de hacer esperas de varias horas quietos soportando frío y lluvia; Raquel y yo como decía dimos en llamar al lince "bicho olímpico", pues con verlo una vez cada cuatro años nos llegaba... Pero bueno, como uno no sabe qué le deparará el destino a la vuelta de los años, henos aquí hoy bajando de nuevo a Sierra Morena, al encuentro del frío, la lluvia y los gatos orondos. Seguro que lo pasamos bien, en cualquier caso; me gusta Andalucía en todas sus variantes. Y seguro que habrá narcisos...

27/1/15

Canción lationamericana de ayer y hoy...

 ... de "ayer" y "hoy", pero con los mismos protagonistas, quiero decir. Resulta que buscando el vídeo que puse en la entrada anterior, me apareció en "Recomendados" (este YouTube... cómo me conoce) éste que os pongo ahora:

La canción es mala, la verdad, pero como veis está rodada en Compostela, imagino que aprovechando también para promocionar cierta marca de cerveza, y me entretuve mucho reconociendo calles. Ojo a las coreografías, por cierto, dignas de los mejores shows del Circo del Sol, por ejemplo en 2:05-2:10.... Hay que ver, ¡si es que la edad no perdona! Y si no que se lo digan al pobre Rodrigo:

Cualquier tiempo pasado fue mejor...
En fin, aunque entre Carlos Jesús y el vampiro de Corina, yo tampoco sabría con qué quedarme. Me quedo con las canciones de orquesta de verbena, que no envejecen nunca.

24/1/15

Cecilias hambrientas

Ayer fui al MNCN, a una charla que daba Diego San Mauro sobre sus líneas de investigación. Diego, que es la incorporación docente más reciente a nuestro grupo en la Facultad, ha trabajado sobre todo con cecilias, ese tercer orden de anfibios (a mayores de ranas por un lado y salamandras por otro) con pinta de gusano que, por ser sólo tropicales, nos suelen pillar tan a desmano que apenas sí recordamos que existen. Pero una cosa es que no nos acordemos de ellas, y otra bien distinta que lo merezcan: y no lo merecen, que aunque sean pocas especies tienen cosas admirables para aburrir. Por ejemplo a la hora de reproducirse, pues resultan ser extremadamente plásticas, y hay especies ovíparas y vivíparas; y las hay que cuidan de sus huevos y/o sus juveniles durante bastante tiempo... y de formas que nos hacen al menos arquear una ceja: todavía en 2007, se descubrió una especie (seguramente sean muchas más, simplemente es que "nadie" hace caso a estos bichos) en la que las madres alimentan a sus descendientes... con su propia piel, que se carga de grasa y se vuelve especialmente gruesa tras la eclosión de los pequeñuelos, y que éstos arrancan a mordiscos con entusiasmo (haced click aquí para descargar el vídeo del artículo original). De 2007 es el artículo, y yo me había enterado hace poco; lo que entre otras muchas cosas aprendí en la charla de Diego ayer es que en las cecilias vivíparas las crías aparentemente hacen lo mismo... alimentándose directamente de las paredes del útero. Y las hay que se quejarán por tener que dar el pecho...

23/1/15

El post....

 Igual que cuando llega a nuestras manos una tesis "todos" (o eso creo) curioseamos enseguida los Agradecimientos, quiero pensar que el resto de la gente, cuando entra a la página de otros grupos de investigación, también se dedica a curiosear cuántos y cómo son sus componentes. Y de vez en cuando, entre científicos titulares, investigadores postdoctorales, estudiantes de doctorado o de máster, técnicos de laboratorio... se cuela también la mascota del grupo. La primera que descubrí fue el amigo Gilles K. P. Barra, al buscar información sobre el laboratorio donde estuve en Edimburgo; y después de él he visto otras tantas, vivas o no. Y como me gustan los juegos de palabras más que comer pan con hambre, no puedo dejar de reseñar hoy mi descubrimiento de ayer: el post...dog:

 Postdog que tiene su propia línea de investigación en la Universidad de Frankfurt y todo: "Acerca de la manipulación no verbal del comportamiento humano: ¿se da un sesgo entre géneros?".
Lo mejor es que, como otras páginas de grupos, ésta también incluía breves reseñas sobre anteriores miembros del mismo, de forma que podemos ver que ha habido postdogs anteriores:

Me pregunto cuál será el CV de estos perros para que ellos tengan plaza y yo no... a saber qué aspectos de mi formación tengo que reforzar.

21/1/15

Patos en la cocina manchega

El pasado sábado me acerqué con Raquel y Vero a pasar frío y ver aves acuáticas a "la cocina manchega", que di en llamar así porque básicamente nos tiramos el día viendo tarros y cucharas....

Manjavacas. Todo el borde pálido era hielo
No vimos nada particularmente especial, pero salir al campo siempre es buena excusa para estar de charla, que Raquel estrenase la cámara que le habían traído los Reyes e ir sumando especies a la lista anual, aunque yo nunca me preocupe de anotar ésta. Y para fardar de estar a la última entre pato y pato, comentando que la última obra más autorizada en materia de taxonomía aviar resucita los géneros Mareca y Spatula, antes subsumidos en Anas, el primero para los tres silbones, el ánade friso y la cerceta de alfanjes; y el segundo para unos cuantos patos del grupo de los cuchara. Ea, ya he fardado aquí también.

20/1/15

Pa' que suba, suba la temperatura...

Cuando uno piensa que los problemas con los congeladores son cosa del verano, y que además terminada la tesis ya no hay que preocuparse por las muestras... sucede lo de ayer: dos congeladores con muestras estaban enchufados a una regleta, y en algún momento dado (imposible precisar cuándo, pero puede que desde antes de Navidad) el interruptor de esa regleta se apagó. Y nadie se fijó en que los pilotos estaban apagados... hasta que ayer alguien los abrió y se encontró con el pastel: todo, todo echado a perder. Muchas bolsas con currucas y lagartijas congeladas transformadas en amasijos goteantes, todas las cajas de muestras enmohecidas y deshaciéndose al tocarlas... y un olor punzante difícil de olvidar. Y ni se sabe cuánto tiempo y dinero invertido en las muestras tirado. Cómo mola el "trabajo de laboratorio"...

19/1/15

Boina

Tras semanas anticiclónicas de mañanas heladoras, calefacciones a tope, nulo viento y cielos cada vez menos azules; por fin el temporal de lluvia y nieve se llevó ayer mientras planchaba la boina de contaminación que asfixiaba Madrid. Y hoy el cielo luce, de nuevo, azul. Contador a cero.

17/1/15

Fuentes de error

En un estudio científico tipo, se mide el efecto de una serie de factores sobre una variable respuesta. Uno, lógicamente, espera escoger bien esos factores, de forma que pueda explicar la variación en la variable respuesta lo mejor posible: por ejemplo, para entender la variación en la longitud de una lagartija seguramente nos sea muy útil considerar como factor su edad, y no tanto medir la distancia desde el lugar de captura al nido de paloma más cercano. De todas maneras, no se puede medir todo, de forma que la lista de los factores estudiados es forzosamente limitada. Los factores que se dejan fuera, y que uno espera tengan la menor importancia posible, son las "fuentes de error" que impiden que se pueda explicar el 100% de la variación de la variable respuesta.
Algunos trabajos intentan precisamente estimar cómo de grande puede ser ese error, cómo de grande es el efecto de factores que a priori no se suelen considerar en un estudio dado; y uno de esos trabajos me ha llamado mucho la atención: en buena parte de Europa y de Norteamérica hay programas de seguimiento de aves a largo plazo. En España tenemos unos cuantos, alguno de los cuales como el SACRE van acumulando ya sus 15 añitos de existencia, y empiezan a ofrecer valiosos datos sobre tendencias poblacionales de aves (a veces ya no tan) comunes. 15 años no son pocos, pero en otros países programas similares suman ya decenas de años de acumulación de datos, lo que es mucho mejor. Muchos de estos programas buscan que, en la medida de lo posible, sea la misma persona la que se comprometa a visitar año tras año los mismos lugares en las mismas épocas, para que así el error por defecto o por exceso que pueda cometer se mantenga constante; pero con lo que no se contaba hasta ahora en que unos investigadores americanos han metido mano al asunto, es con que la persona en cuestión... envejece. Y a medida que envejece, su capacidad de detectar algunas especies (las de cantos más agudos, las más inquietas, las más discretas...) puede también perder precisión... Y sí, hay un efecto significativo de la edad de los censadores voluntarios en su capacidad de detectar algunas especies. Un efecto no muy importante, pero que debe llamar la atención sobre la necesidad de que haya una buena tasa de renovación entre los pajareros apasionados. Eso.

16/1/15

"¿Quién falta?" La cordura

De aquí
Tarde de rebajas. Y para equilibrar tamaño sufrimiento, merienda en La Central. Tras la tarta de queso, un poco de ojeo y hojeo al azar de los libros. Y entre ellos, uno cuya portada os muestro arriba: un libro para niños de poemas sobre animales extintos...

... poemas como éste, sobre el picamaderos picomarfil Campephilus principalis (de aquí):

Dicen que yo soy el más hermoso de todos los carpinteros
y uno de los más grandes: en tamaño sólo me supera el imperial.
Mi pico fue una preciada joya para los indios; con mis plumas adornaron sus cabezas.
Yo habité en los bosques americanos y allí me alimentaba
de larvas de insectos que picoteaba sobre los troncos y las lianas.
¡Qué sabroso y nutritivo era aquel manjar!
Pero llegaron los exploradores y me capturaron para exhibirme en los zoológicos.
Después, en los años veinte del siglo pasado, los hombres blancos arrasaron los bosques:
sembraron de maíz las grandes extensiones donde antes crecían árboles.
Ahora, el hombre sigue destruyendo la tierra, se arrepiente y, preocupado,
busca soluciones para evitar el efecto invernadero.
Renuncio a explicar este sinsentido:
me cortaron el vuelo antes de que pudiese protestar.

Conmovedor, ¿no? Y como éste, otros tantos textos llenos de versos del estilo de: "yo sólo soy un recuerdo", "desaparecimos de la Tierra para siempre", "ahora dicen que yo era atractiva, pero jamás volverás a darme caza"; "ahora vuelo en el viento de la memoria, y aquí ya no me podrán alcanzar", "no me busquéis allí", "me fui apagando poco a poco", "sólo quedamos los últimos", "vagamos por un mundo que no comprendemos", "una bala acabó con mi vida"... hasta la saciedad, hasta que cale bien hondo en las mentes infantiles que pertenecen a la peor especie de todas, y que lo mejor que pueden hacer probablemente sea morir cuanto antes. Lo que hay que leer...

14/1/15

¿De dónde venía el cormorán?

 Los bichos no se anillan porque sí. Anillar un animal sirve para individualizarlo, eso lo primero: anillar por ejemplo las currucas nos sirve a nosotros para, en caso de recapturarlas, evitar tomar muestras repetidas de un mismo ejemplar... o en el caso de recapturarlas, completar la información que tengamos sobre ella: saber cuánto ha sobrevivido, cuánto se ha movido, si han variado los parásitos que presenta... lo que se nos ocurra, vaya.
Aunque evidentemente para sacar sangre a un pájaro hay que manipularlo, en las especies suficientemente grandes pueden colocarse (a mayores de las anillas metálicas, que en principio deberían durar siempre) marcas de lectura a distancia, que permiten mientras duren identificar al ejemplar sin necesidad de capturarlo. Os he comentado en ocasiones anteriores los datos de anillas de PVC que he leído en gaviotas, y pego ahora debajo el historial del cormorán que vimos el jueves en Santoña, que muy amablemente me ha mandado su anillador a vuelta de correo:

Como veis, el bicho no se mueve mucho que digamos del puerto de Santoña, donde ya fue fotografiado en su primera observación (si os fijáis se ve el avance del desgaste en los bordes pálidos de las plumas juveniles de las alas). Según Álex, las anillas le pesan tanto al bicho que no consigue moverse del sitio...

Pero no, sí que se ha movido, aunque poco: desde la colonia donde nació a Santoña hay 23 Km en línea recta. Que no es tanto, pero tampoco los cormoranes moñudos son de dispersarse mucho... o bueno, eso se pensaba precisamente hasta que se empezaron a marcar, resultando que a fin de cuentas sí hay un buen trasiego anual de cormoranes a lo largo de la costa cantábrica... No dejéis las lecturas de anillas sin tramitar, ea, que ya veis que sirve para mucho :-)

12/1/15

Salto de fe (Sol de invierno, y III)

 La playa de La Soledad está separada del casco urbano de Laredo por el monte de La Atalaya. A mediados del S. XIX se empezó a construir allí un muelle. Para facilitar dicha tarea, se excavó un túnel que uniese más directamente la playa con el casco urbano... pero mientras se construía el túnel, una serie de temporales se llevaron por delante el muelle al que debía conducir. El túnel, abierto a una playa llena de cascotes, se puede visitar, como testimonio de que en este país llevamos ya siglos de chapuzas urbanísticas...

 Pero tras una breve despedida del mar, emprendimos ruta hacia el interior, a las tierras que rodean el Gorbea, apenas cubierto de nieve, donde los bosques de hayas y robles se abren en pastos para las ovejas latxas y los caballos de carne.

 Pretendíamos visitar un par de saltos de agua, notorios por su altura y belleza, que se abren en sendas brechas excavadas en la roca caliza por el agua a lo largo de los milenios. El primero el de Gujuli, que por las vicisitudes meteorológicas del invierno en curso apenas sí contaba con agua.

 Y después, por un sendero entre hayedos y pastos, nos acercamos a comer junto al salto del Nervión, la que con sus 222 m es la cascada más alta de la Península. Cuando Iván nos propuso visitar este sitio durante el viaje y, picado por la curiosidad, pues nunca había oído hablar del mismo, busqué fotos por Internet, me sorprendí de que semejante maravilla pudiera ser tan desconocida...

 ... pero claro, es que resulta que dicha maravilla sólo lleva agua cuando llueve mucho o en el deshielo. En el deshielo con que terminó el Pleistoceno hace 10.000 años me atrevería yo a decir, al ver lo seco del paredón por el que debería caer el chorro de agua.

 En cualquier caso, el valle de Délica que se abre a los pies del salto es igualmente bonito corra o no por él el protoNervión, y no me arrepiento de que pasáramos frente a estas vistas los últimos momentos del viaje, antes de volver a Madrid.

Y foto de grupo para el recuerdo, para recordar dar las gracias a todos por su inestimable compañía. Y en especial a Iván, por mover el viaje y poner casa en Laredo; y muy especialmente a Raquel, porque se subió al viaje aportando el coche que necesitábamos desesperadamente cuando ya casi habíamos desistido de poder realizarlo.

11/1/15

Dando palmas con las orejas (Sol de invierno, II)

 Como decía ayer, el jueves lo dedicamos al pajareo más "clásico": a ir de punto de observación en punto de observación prestando atención a las aves acuáticas que le dan a Santoña su justa fama. Como ya suponía antes de salir, no había demasiado bicho, pero los que nunca habían estado en la zona, que eran mayoría, no podían comparar y les daba bastante igual que no viésemos éideres, serretas o negrones, disfrutando sin más de poder distinguir entre sí distintas especies de gaviotas o limícolas.

 Y siempre está aquí o allá algún bicho que, por muy vulgar que sea, al dejarse ver con calma con el telescopio, termina enamorando a todo el personal, ya sea un juvenil de cormorán moñudo Phalacrocorax aristotelis anillado...

 ... o una hembra de martín-pescador europeo Alcedo atthis; ambos en el puerto de Santoña.

Después de comer, echamos la tarde en Noja. Visitamos primero la laguna del antiguo molino de mareas, tras la playa del Joyel. En la foto se ve bien el fundamento del mismo: al subir la marea se llena de agua la balsa superior. Al bajar luego, la diferencia de caudal, bien canalizada, movía las ruedas del molino.

Un cisne vulgar Cygnus olor, de los que había varios en la zona, incluyendo familias con los pollos del año. Esta especie, de la que es difícil decir en Centroeuropa qué poblaciones son genuinamente silvestres y cuáles fruto de introducciones, debido a que desde siempre se han mantenido cisnes en los estanques de las casas señoriales, se está volviendo cada vez más habitual por toda la cornisa Cantábrica, contándose por decenas en el entorno de Santander.

En cambio, el origen exótico de estos otros especímenes que pastaban en una finca cercana ofrecía menos dudas...

Despedimos el día encaramados a las rocas de la playa de Ris. El día solar, que no el bicherío: de allí fuimos luego a la playa de Trengandín, a buscar el famoso arroyo de las angulas. Iba yo con miedo pensando en cómo estaría el arroyo en este año tan seco, y no me equivocaba, pues apenas había un hilillo de agua. Inopinadamente, vimos bastantes angulas, que igual que para mí la primera vez, para muchos resultaron ser uno de los hitos del viaje. Así que tan contento estaba yo, de que la gente disfrutase... pero cuando ya nos íbamos mi alegría se multiplicó exponencialmente, cuando un pececillo que se movió por el casi inexistente arroyo resultó ser...

¡Un macho de tritón palmeado Lissitriton helveticus, nuevo para el que esto escribe! Viendo los pies del ejemplar, huelga decir cuál es el origen del nombre del bicho... No contaba yo con tacharme nada en este viaje... si acaso sí esta especie, pero vistas las condiciones del arroyo, ni se me pasaba por la cabeza que fuéramos a encontrar alguno, así que más contento no podía estar. Y todavía nos quedaba un día de campo...

10/1/15

Setecientos escalones (Sol de invierno, I)

Ya de vuelta, tras tres días la mar de aprovechados en muy buena compañía. Tres días con mucho sol (como en Madrid) y temperaturas muy suaves, de manga corta a medio día (no como en Madrid); lo contrario de lo que se imagina uno al pensar en el invierno a orillas del Cantábrico.

Para hablar del primer día, empiezo con una foto tomada el último: el monte Buciero desde el espigón del puerto de Laredo, donde dormimos ambas noches. Santoña queda a la izquierda, al abrigo del monte y fuera de encuadre. Lo que se ve es la mitad norte del monte, cuyos desplomes sucesivos tras siglos de embates del mar y de filtrarse el agua por sus entrañas calizas hacen que la ladera se corte a pico en acantilados de cientos de metros. Y la derecha del todo, semioculto por a bruma, sobresale el pequeño faro del Caballo.

Hay algunos senderos que permiten recorrer el monte, y por hacer la tarde en que llegamos algo distinto de lo que suelo las otras veces en que he venido aquí, lié al grupo para que diésemos una vuelta por el monte. La ruta más conocida lo rodea por completo, y va visitando una serie de plataformas que alojaban baterías de artillería, a las que se dio buen uso durante las distintas guerras contra Inglaterra y Francia de la Edad Moderna. La ruta se inicia junto al fuerte de San Martín, de la misma época, que se ve al echar la vista atrás, como en la foto.

 Al igual que otras colinas costeras calizas (y por ello de suelos relativamente secos, pese a su situación norteña) de la cornisa cantábrica, el monte está cubierto por una formación vegetal muy particular: el encinar cantábrico. Las encinas, de hojas largas y bastante suaves, nada que ver con las del centro peninsular, crecen muy apretadas y espesas, entremezcladas con arbustos portadores de frutos como sobre todo laureles, y aladiernos, madroños o labiérnagos. Y entre las matas mucha hiedra y mucha zarzaparrilla, formando una masa inextricable llena de currucas y petirrojos.

 En días claros como el miércoles, desde la ruta se ve muy bien el perfil de la costa hacia oriente: Laredo primero, y después la mole del Candina, donde cría la única colonia de buitres leonados asentada sobre cantiles marinos en vez de en el interior.

 Las propias laderas y acantilados del Buciero ofrecen también un espectáculo magnífico, y la verdad me arrepiento de no haber venido antes hasta aquí.

 Por fin, en el extremo norte del monte, tras una bajada empinada por la ladera, unas escaleras todavía más empinadas talladas directamente en el acantilado, dan acceso al pequeño faro del Caballo que se veía en la primera foto.

 Aunque la hora era temprana, el día (en enero, a fin de cuentas) iba ya de caída, y tocó decidir deprisa si bajábamos o no hasta el faro, cosa por la que nos decantamos al cabo sólo tres. La bajada, aunque dura (y más pensando en la subida), merece realmente la pena...

 ... desde luego más que el faro en sí, bastante modesto. Aunque todos los faros tienen un encanto especial, transmitiendo una sensación de soledad y de reciedumbre, de sentido de la responsabilidad, bastante particular.

Y ya de vuelta, casi de noche. Poco más de cien metros separan el puntal de Laredo a la izquierda de la no tan vecina Santoña, pues en realidad ir de un lugar a otro en coche suma cerca de 20 Km de carretera: ésta es la boca del estuario que se abre detrás y donde pasaríamos ya el día siguiente viendo pájaros, en lo que viene siendo mi plan normal cuando subo a estas tierras. Para mañana queda.

7/1/15

Calor del norte

Aunque en Madrid amanezcamos con heladas, a nadie se escapa que, si durante Navidad ha sido noticia que hubiera un par de días especialmente fríos, es porque este invierno está resultando en general bastante templado, nada que ver con otros años... Nos alegramos (yo me alegro) en cuanto humanos, y nos entristecemos en cuanto pajareros, pues cuanto menos frío hace, menos aves invernantes bajan a visitarnos. Y ellas se alegrarán a su vez, supongo... en fin. Sea como fuere, y como colofón a estos días festivos, nos ha surgido la oportunidad, que no desperdiciaremos, de subir a Santoña desde hoy hasta el viernes. Mucho bicho no veremos, pero tampoco pasaremos frío... ya os contaré.

6/1/15

De regalos reales

Buenos días, buenos días... espero que los Magos hayan recompensado todo este año de luchas contra las bajas pasiones; yo no puedo quejarme de mi lote, que incluye un par de obras de Waugh que no había leído aún :-) Para los que os gusta el campo, os dejo con un regalo extra por si no lo habíais visto: una impresionante secuencia de fotos, en las que se ve un águila (real) capturando... ¡un milano! (real). Ea, ya tenéis un ejemplo gráfico de lo que es ser un superdepredador...

5/1/15

Depuración

2014 marcó un mínimo histórico de entradas en el blog, y tal cual he empezado este año, parece que seguimos por el mismo camino... bueno, ya Dios dirá. De momento llevo tres días de "desintoxicación", tras los atracones navideños y la falta de ejercicio. Tres días de ensaladas y volver a correr; y de ir calentando motores para subir la cuesta académico-laboral de enero.
Aunque primero habrá que estar atentos a qué traen esta noche los Reyes; la verdad estoy en ascuas, porque las dos cosas que había pedido ya me las han traído: que he visto el mar ya lo sabéis, y los lúganos me los apunté ya en primer día en Orense, dando una vuelta con JaviP por el Barbaña. A ver pues qué se les ocurre...

2/1/15

Astados madrileños

 Estrenamos año, y sigo colaborando en EMNMM, cosa que me "ahorra" tener que pensar en una entrada al mes. En el número de enero me ocupo de uno de los ungulados que con más frecuencia ha asomado sus cuernas (que no cuernos) por las páginas de este blog; espero que os guste.


1/1/15

Balance listero de 2014

Subo la persiana con expectación y... ¡zas! Nada. Ni por la de mi habitación, ni a través de las ventanas de las otras habitaciones se mueve nada... la urraca, la primera especie del año, se ha hecho esperar un rato largo; ¡feliz 2015! :-) El uno de enero es tiempo, como en años anteriores, de hacer balance de las especies nuevas añadidas a mis listas durante el año. Los lectores más fieles y antiguos ya sabréis que esta lista no va a ser tan larga como la de 2013: la situación de falta de trabajo y perspectivas de encontrarlo, falta de resultados científicos y demás... en que he pasado el año, se traducen, me temo (y lo siento por los que me habéis tenido que aguantar), en una falta generalizada de ganas para todo: menos entradas en el blog, menos iniciativa campestre, menos especies... en fin, lo bueno es que difícil sería no superarlo en 2015 :-D
- De pájaros fuimos flojitos, pero las dos especies vistas fueron al menos de categoría: a principios de febrero, prácticamente estrenando la furgoneta de Raquel, vimos en Toledo la avefría sociable Vanellus gregarius; de lejos y volando, pero poco más se le podía pedir al día, bajo una lluvia torrencial y con peligro de quedarnos en el barro más de una vez... En cualquier caso, toda esta comprensión que muestro por las condiciones en que se dejó ver la avefría, me falta cuando pienso en las de mi primera observación de cerceta pardilla Marmaronetta angustirostris. Que tacharte un pájaro sea más motivo de cabreo que de alegría debe de ser síntoma de algo...
- Y hasta aquí los pájaros. Del resto de bichos, nada. Nada, porque me niego a apuntarme como "vista" la culebra verdiamarilla. Así que únicamente añado el haber metido a las listas españolas respectivas la liebre europea y el lagarto ágil, en ese mismo viaje por la Cerdanya.
- ¿Con qué me quedo de 2014 pues, si tan exiguas fueron mis ganancias? Pues con haber salido al monte con una mentalidad mucho más de disfrutar de la amistad y la naturaleza que en otras ocasiones, de entretenerme sacando fotos de flores, de diversas orquídeas o de la simpática Ramonda. Y con la agradabilísima sensación de organizar por vez primera una expedición de toma de datos: nuestro muestreo mariposil de hábitats de lagartijas (I, II, III y IV)
... pero todo eso, el mero disfrute y el "listerismo" extremo, son por supuesto compatibles. Así que a ver qué jugo le saco a 2015... qué jugo le sacamos, claro, pues ¿qué haría yo sin vosotros? :-)