22/5/15

A través de El Pardo y más allá

Aunque tardamos en abrir la temporada porque sólo veíamos juveniles, al final cogimos ayer por la mañana en El Pardo ocho lagartijas adultas en menos de una hora. Más que suficientes para hacer unos pocos ensayos de experimentos que haremos este año; las lagartijas "de verdad" empezaremos a cogerlas en breve también.
Tan poco tiempo estuvimos en el monte que no dio pie a hacer ninguna observación reseñable. La nota de "naturaleza salvaje" vino por la tarde a través de la socorrida ventana del baño de la planta 9: la escena, no por repetida menos entretenida, de un milano negro buscando la cena por Ciudad Universitaria. Al de ayer poco parecía importarle llevar pegada a la cola una miríada de aves beligerantes y enloquecidas (vencejos, urracas, grajillas, cotorras argentinas y de Kramer...), que se tomaba con calma lo de ir flotando de acá para allá...
Al principio de mi estancia en Madrid, el Talgo pasaba por Ávila en vez de por Segovia. Y entre el Adaja y el Manzanares paraba en (Collado) Villalba (de Guadarrama) y atravesaba el monte de El Pardo por la vía que ahora sólo recorren los Cercanías. Duraba poco el trayecto, pero daba para ver muchos bichos: ciervos, gamos, jabalíes y otras cosas... Ahora que el tren se planta en una exhalación en los túneles de la Sierra, y a través de ellos en la Meseta, ya sabéis por entradas anteriores que es en los trigales castellanos donde mayormente busco ahora la inspiración ferroviaria. Con el voto debidamente cobijado en la saca del cartero, hoy subo a Orense de fin de semana. Y como en 2008, con la ilusión de volver a tener invasión de patirrojos (1 y 2)... poca excusa necesito para disfrutar de los viajes.

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