7/7/15

Primavera serrana

 Aunque seguramente no falte mucho para que llegue el otoño a El Corte Inglés, lo que acaba de llegar a la Sierra es la primavera. Allí subimos el domingo, como miles de madrileños más, hasta la laguna de Peñalara, a disfrutar de las temperaturas mucho más suaves que las de la capital, a cambiar el pardo por el verde.

 Por el verde y por las flores: empezando por esta Campanula herminii, endémica de las montañas de la mitad sur de la Península y que crecía allí donde algún arroyuelo escurría entre las rocas.

Siguiendo con esta Linaria nivea, de distribución todavía más restringida que la Campanula, al Sistema Central y la Sierra de Guadalupe, pero más abundante en los bordes de los caminos que la especie anterior.

Y terminando con la genciana amarilla Gentiana lutea, que con ser la de distribución más repartida, por las montañas de media Europa, era la más escasa de las tres flores que os enseño hoy, pues apenas sí vimos dos pies.

Vamos con algún bicho: tras llegar volando torpemente y aterrizar en un borde del sendero, sobre este cerambícido se abalanzaron unas cuantas hormigas rojas, de las que consiguió librarse a duras penas. La cubierta externa de casi todos los escarabajos es gruesa y está muy pulida: esta especie de armadura medieval les hace moverse con torpeza, pero les salva de los aguijones y mandíbulas de estas cazadoras formidables y de tantos otros merodeadores.

De alguna lagartija que otra les salvará también. Vimos tres especies en la montaña: nada más empezar a andar, en la pared del centro de visitantes, una lagartija ibérica noroccidental Podarcis guadarramae, explorando los límites de la distribución altitudinal de su especie.

Las más abundantes fueron las lagartijas roqueras P. muralis, la lagartija típica de la España más norteña y de las partes altas del Sistema Central, que se distingue medianamente bien de su pariente de arriba cuando se les puede ver la garganta, mucho más coloreada en esta última especie.

No vimos en cambio muchas lagartijas carpetanas Iberolacerta cyreni, y las pocas que vimos resultaron ser además muy huidizas. Me fastidió, pues esperaba sacar mejores fotos de los machos más verdes, como el de la imagen.

Llegando ya hasta la laguna, enseguida nos salieron al paso los acentores comunes Prunella modularis de la zona, más que acostumbrados a hacer monerías delante de la gente para mendigar alimento.

Y con esta vista de la laguna cierro la entrada de hoy. Aunque no subimos demasiado pronto, la verdad es que subimos y bajamos bastante deprisa. Y nos vino bien, pues algo más abajo en Rascafría nos quedaban aún muchas cosas por ver y por hacer...

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