9/10/15

Planeos y hormigas

Una de estas tardes, al salir de la facultad, me dio por jugar a detectives: sobre el jardín botánico volaban bastantes estorninos, y lo primero que me vino a la cabeza fue que ya empezaban a juntarse en bandadas para formar esos dormideros tan grandes propios de la estación no reproductora. Pero, aunque había muchos estorninos, el problema es que no volaban en bandada, sino cada uno a su aire, y alternando cortos planeos, aleteos y giros en el aire, como si fuesen una escuela de aprendices de golondrina bastante patosos... Las golondrinas vuelan así mientras capturan y comen insectos al vuelo, y cuando las otras aves vuelan como ellas, lo suyo es pensar que, igual que ellas, están capturando insectos voladores. Y los únicos insectos voladores lo suficientemente torpes y abundantes como para que a cualquier avecilla (o avezota, que más de una vez he visto gaviotas haciendo lo mismo) le compense el gasto energético que supone volar como una golondrina sin estar preparado para ello son las hormigas aladas (o las termitas, que para el caso lo mismo da). Y yo veía los estorninos, pero demasiado altos como para poder distinguir si había o no hormigas con poco futuro volando entre ellos... pero ésas las vi al día siguiente por la mañana, apoyando mi suposición: unas cuantas reinas triponas, caminando por la acera, extenuadas tras la noche de bodas, buscando algo de tierra donde enterrarse y descansar antes de empezar a poner huevos y fundar su imperio particular. Y alimentar a generaciones futuras de estorninos.

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