4/1/16

Patas arriba

En Madrid ya, desde el sábado, preparado para disfrutar de estos días libres que quedan antes de volver el 11 al cole. Se veían desde el tren los montes de León y la Sierra tiznados de blanco, prácticamente por vez primera este año, y por fin también en Madrid parece que nos esperan días, iba a decir lluviosos, pero creo que serán lloviznosos. Espero que lo suficiente como para limpiar un poco el cielo y alegrar un poco el suelo...
Venía yo pensando en el tren en estas historias de "el tiempo que está loco" y similares, y en que, pese a atravesar una zona propicia, entre Valladolid y Zamora, no era yo consciente de haber visto nunca desde el tren, en estos diez años de inviernos sobre raíles, alguna bandada de gansos; o de haberlo comentado aquí, al menos, en este blog que básicamente actúa como una copia de seguridad de mi falible memoria. La Quercus de diciembre (que fui leyendo en el viaje de ida) hablaba precisamente del apogeo y declive de los ánsares ("patas", en castellano viejo) de la meseta Norte. Hacía el artículo una semblanza de cómo había ido cambiando la situación en unas pocas décadas: cuando yo nací, en España en invierno prácticamente sólo había ánsares comunes en Doñana, y en la meseta Norte se contaban los ánsares campestres por miles. Desde entonces, esta última especie ha desaparecido de España, y mientras los comunes han pasado a ocupar no sólo Doñana sino (a mayores de los arrozales extremeños, de origen muy reciente) todos los humedales relevantes de Castilla y León. Pero, tras sumar un máximo de 66.000 el año en que vine a Madrid, el descenso numérico de la especie es abrumador, y diez años más tarde vienen algo menos de un tercio. Pero no es que se estén extinguiendo, sino que se quedan más arriba, más al norte: en Holanda han pasado en el mismo periodo de tener algunos centenares de gansos cada invierno, a tener centenares... de miles. Y el campestre se queda aún más arriba: a orillas del Báltico, donde me lo taché yo. ¿Y de aquí a otros diez años, será el ánsar común una rareza en España, como el campestre ahora? ¿A dónde se irán a pasar el invierno las patas, cuando ya no les quede norte al que subir... o cuando ya no les quede inverno? A ver si a la vuelta de los años me acuerdo de retomar esta entrada.

No hay comentarios: